Artur Mas se da un baño de masas independentistas en la plaza Sant Jaume de Barcelona
Artur Mas se da un baño de masas independentistas en la plaza Sant Jaume de Barcelona - efe

La estrategia antisistema de Artur Mas

Después de crear su propio movimiento 15-M, el líder de CDC quiere impulsar una candidatura personalista al estilo Ada Colau

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Para una formación como Podemos, Artur Mas es casta. Y eso se traduce en formas de hacer política muy diferentes. O quizá no tanto. En esta legislatura, el presidente de CDC ha adoptado una estrategia electoral que recuerda mucho a la de las plataformas antisistema que han encumbrado a la futura alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El líder nacionalista fue una de las víctimas del asedio al Parlamento catalán protagonizado por miembros del movimiento 15-M en junio de 2011. La situación fue humillante para los representantes del pueblo catalán, pero según algunos analistas políticos, fue entonces cuando Mas se dio cuenta del poder de las movilizaciones sociales. Por esas fechas se sentaban las bases de los que sería la futura Asamblea Nacional Catalana (ANC), el instrumento que Mas utilizaría después para justificar su conversión al independentismo.

La ANC, presidida entonces por Carme Forcadell, se puso al servicio del proyecto de Mas y organizó las masivas manifestaciones de la Diada en 2012, 2013 y 2014 en favor de la separación de España. Pero por mucho acento antisistema y anticonstitucional que Mas le pusiera a su gestión, pactada con Esquerra, la ANC le pasó por delante con propuestas excesivas incluso para el proyecto rupturista de los convergentes. De ahí que, tras la marcha de Forcadell, los nacionalistas hayan promovido a Jordi Sánchez como sucesor. Oese a su pasado radical como miembro de La Crida, su primer posicionamiento ha sido contrario a una declaración unilateral de independencia.

Pero las perspectivas de futuro de Artur Mas no son buenas, lo dicen las encuestas de intención de voto, que advierten de que Convergència, desligada de Unió o no, podría quedarse con la mitad de los diputados que tenía en 2010, es decir, 30. Ante esta situación y la proximidad de las elecciones "plebiscitarias" del 27 de septiembre, el dirigente nacionalista está reactivando una candidatura que, de nuevo, copia el perfil personalista que Ada Colau puso en las elecciones municipales. Sea por esconder las siglas, sea para pasar página de un pasado jalonado de casos de corrupción, el nacionalista podría plantear en los próximos días una "lista del presidente". Es decir, una candidatura identificada plenamente con su liderazo, y no con el partido que preside. El riesgo es alto, pues el previsible revés en las urnas le convirtiría en máximo responsable del desastre. En favor de esa estrategia de lucimiento tiene la querella que tramita el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por al convocatoria del simulacro de consulta del 9 de noviembre. Artur Mas está deseando hacer el paseíllo hasta el Palacio de Justicia acompañado de una comitiva de "autoinculpados". Es, sin duda, la foto más buscada de los nacionalistas.

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