Artur Mas y la plana mayor de CiU, en el balcón del hotel Majestic, tras ganar las elecciones de 2012
Artur Mas y la plana mayor de CiU, en el balcón del hotel Majestic, tras ganar las elecciones de 2012 - efe

La decadencia de Convergència: sin sede, sin lustre y ahora, sin hotel Majestic

El partido de Artur Mas pasa de la «épica secesionista» al declive de sus «performances» electorales

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A medida que el discurso secesionista de Artur Mas se volvía más épico, las perspectivas electorales de su partido, Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), se hundían en las encuestas de intención de voto. Pero del declive de un partido que podría pasar de los 62 diputados que tenía en 2010 a la mitad el próximo 27 de septiembre, también da cuenta la pérdida de espectacularidad de sus actos. CDC dice adiós al hotel Majestic, el emblemático hotel de cinco estrellas situado en el paseo de Gràcia de Barcelona -la milla de oro de la capital catalana- donde los nacionalistas celebraban sus noches electorales desde hace más de dos décadas. Este hotel dio nombre incluso al llamado "pacto del Majestic", en alusión al acuerdo de gobernabilidad negociado entre CiU y PP en este establecimiento en 1996 y que dio estabilidad al primer mandato de José María Aznar.

Sea por el previsible batacazo que CDC -con o sin Unió en su candidatura- sufrirá el 27-S, sea por cuestión de austeridad, lo cierto es que este partido pierde una sede electoral emblemática. También lo era la de la calle Córcega de Barcelona, donde están situadas las oficinas del partido. Los nacionalistas anunciaron la semana pasada que venderán esta sede al grupo inversor Platinum Estates, de Hong Kong, y que buscarán nuevas dependencias. Hay que recordar que CDC puso este inmueble como aval ante el juez que investiga la supuesta financiación irregular del partido a través del Palau de la Música, en previsión de que se deriven responsabilidades pecuniarias de este proceso.

El derroche de Convergència en marketing y propaganda electoral siempre ha sido legendario. Pero la travesía del desierto que supuso estar siete años en la oposición durante el Gobierno tripartito, y la crisis económica que Artur Mas ha tenido que gestionar, mermó esa pompa y boato. Los buenos tiempos de David Madí, cerebro de las impactantes campañas de CiU, quedaron muy atrás.

En 2011, el presidente catalán eliminó la colosal "chocolatada" de la festividad de Sant Jordi, a la que acudían personalidades del mundo político, económico y social. Asimismo, los viajes institucionales del presidente autonómico también se han reducido. Y los pocos que realiza con la finalidad de buscar complicidades en su proceso independentistas, como el que hizo recientemente a Estados Unidos, se traduce en sonoroso fracasos.

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