El prestigioso periodista irlandés Patrick Cockburn
El prestigioso periodista irlandés Patrick Cockburn - inés baucells
entrevista

Patrick Cockburn: «Castigar a toda la comunidad musulmana es hacerle el juego al Estado Islámico»

Corresponsal en Oriente Próximo, cree que Occidente abrió la puerta al yihadismo al destruir gobiernos en Irak, Libia o Siria

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El periodista irlandés Patrick Cockburn está considerado como uno de los corresponsales más prestigiosos en Oriente Próximo. En 2014, recibió el British Press Award. Trabajó para el «Financial Times» y ahora lo hace para «The Independent». En su libro «ISIS. El retorno de la yihad» (Ed. Ariel), intenta descifrar el porqué del terrorismo islamista que asola el mundo.

—En su libro afirma que el retorno del yihadismo es fruto, en parte, de un fracaso político de Occidente...

—En general, creo que el modo en que Occidente ha contribuido a la destrucción de estados o gobiernos que no le gustaban, como en Irak, Libia, Siria, abrió la puerta al yihadismo. Y no sé si ya es demasiado tarde para reconstruir estos estados...

Estamos pagando los errores de nuestro pasado.

—... y sostiene que la guerra contra el terrorismo ha fracasado, por encima de todo, porque no tuvo como objetivo a países como Arabia Saudí y Paquistán, que patrocinaron al yihadismo. Porque son aliados...

—Sí. Eso nos remonta a los atentados de las Torres Gemelas de 2001. Quince de los diecinueve terroristas que los perpetraron eran sauditas, Bin Laden formaba parte de la élite de Arabia Saudí y el dinero para financiarlo provenía de varios países del Golfo Pérsico... Pero los norteamericanos reaccionaron apuntando sólo a Afganistán e Irak. Ahora, los EE.UU. tienen el mismo dilema en su lucha contra el Estado Islámico (ISIS, sus siglas en inglés). Ya lo dijo el vicepresidente norteamericano, Joe Biden: «Nuestro auténtico problema son los aliados». Porque Arabia Saudí, Qatar y otros países árabes pusieron dinero para rearmar a los rebeldes sirios y parte del dinero proveniente de éstos ha acabado en manos del ejército del Estado Islámico...

—Y a pesar de esto, Europa y EE.UU. siguen firmando contratos con estos países: desde los patrocinios deportivos como el de Qatar al FC Barcelona, el AVE a la Meca...

—Es un tema de dinero. Hay contratos para vender armas a los países del Golfo, los norteamericanos y los europeos también van a estos países a vender aviones, etcétera... Persiguen contratos que a la postre dan un impulso político a estos países árabes. El problema aquí es que, lo que es necesario militarmente, se contradice con lo políticamente factible. Militarmente, debería haber una unidad para combatir al ISIS, pero eso obligaría a enfrentarse a países que tradicionalmente aliados, como Arabia Saudí.

—En el caso de Siria, afirma que todo plan político para debilitar al ISIS debería pasar por conseguir una desescalada de la guerra. Pero: ¿Cómo?

—Hay que intentar reducir el nivel de violencia para poder intentar llegar a una solución del conflicto. Pero para eso se necesita el acuerdo Bashar al Assad y también el de parte de la oposición a su gobierno... Se pudo hacer antes, pero no estoy seguro de que haya una ocasión ahora, porque la situación se ha deteriorado mucho...

—¿En todo caso, es partidario de mantener a Assad en el poder?

—Hay una política muy hipócrita respecto a Assad. En teoría, nosotros, europeos y norteamericanos, queremos deshacernos de él, pero, de hecho, todos nos horrorizaríamos si Assad se fuera. Porque se crearía un vacío de poder que podría ser ocupado por el Estado Islámico o Al Qaeda. Otra política es intentar que se comparta el poder entre Assad y sus opositores, pero estos tipos no lo harán después de cuatro años enfrentados en guerra. Fingimos tener un política respecto a Siria, pero realmente no la tenemos.

—¿A la hora de ejercer una política en los países árabes, Occidente debería tener más en cuenta la división entre sunitas y chiítas?

—No, lo que deberíamos decidir es cuál es nuestra prioridad: que debería ser destruir el Estado Islámico. Estados Unidos y Europa tienen el pensamiento ilusorio de que el Estado Islámico acabará por debilitarse, desaparecer, que no tiene suficiente dinero... Pero no es así. Son muy fuertes. Funcionan como un estado: recaudan impuestos, reclutan a soldados a la fuerza, se han apoderado de las mezquitas...

—¿Cree que España está especialmente amenazada por el yihadismo?

—No especialmente. Creo que en el mismo nivel que otros países europeos o que Estados Unidos.

—El Estado Islámico ya ha atentado en Estados Unidos, en Francia, contra el Charlie Hebdo. En España, que ya sufrió un atentado de Al Qaeda en 2004, se ha detenido a nacionales yihadistas que planeaban atentar en nuestro país ¿Cómo combatir al Estado Islámico en nuestra propia casa?

—Primero, habría que tener un sentido de proporcionalidad. En Francia, por ejemplo, hay cinco millones de musulmanes y el número de implicados en el yihadismo es muy pequeño. En segundo lugar, uno de los própositos que persiguen las organizaciones yihadistas con sus ataques, ya sean en Europa o en Irak, es provocar una reacción desmesurada del otro bando. Provocar que haya un castigo común a toda la comunidad musulmana. Y eso es jugar a su juego. Cuando un director de una escuela francesa prohíbe a una alumna musulmana llevar una falda demasiado larga porque es un símbolo de su religión, eso es lo que el Estado Islámico quiere oír.

—No parece, pues, que podamos hacer mucho...

—¡Claro que debemos intentar identificar a las personas peligrosas que viven en nuestros países! ...pero esto sólo no funcionará. Porque las raíces de este problema son las guerras en los países árabes: Irak, Siria, Yemen, Libia, etc. Las llamas de estas guerras nos llegarán a nosotros.

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