Agresiones con condena

No podía salir gratis acudir a un acto convocado legalmente, reventarlo, insultar a todo el mundo, agredir y vejar sin límite, y luego ponerse a las puertas a esperar la salida y lanzar nuevos insultos e intimidaciones. Un juez ha comenzado a poner orden en tanta injusticia como han vivido y viven los aficionados catalanes a la Fiesta, que llevan años aguantando a estas hordas de violentos que siempre han tenido, si no la protección, sí un trato de consideración por parte de las fuerzas de seguridad.

Los hechos ocurrieron en los últimos días del pasado mes de enero en el centro cultural La Bóbila de Hospitalet durante el III Congreso Taurino de Cataluña. Como estaba allí nadie me puede contar otra cosa que lo que vi y sentí.

Con un salón abarrotado, con la presencia de la alcaldesa, un grupo de energúmenos saltaron lanzando sus casposas soflamas antitaurinas y provocando a los asistentes. Afortunadamente para ellos salieron por su pie porque entre los taurinos imperó el civismo que los antis pisotearon. Y después hasta se atrevieron a denunciar agresiones y poner en la picota al presidente y a la vicepresidenta de la Unión de Taurinos y Aficionados de Cataluña (Utyac), Paco Píriz y Verónica Moreno, organizadores del congreso.

El juez del Juzgado de Instrucción número 2 de Hospitalet ha dejado claro que los antitaurinos acudieron con la intención de boicotear el acto y por eso la condena a cinco de ellos por falta de orden público, y a la vez absuelve a los responsables de la Utyac porque la agresión a los antitaurinos sencillamente no existió.

Si desde el principio los aficionados hubieran tenido la protección que les debía brindar el acudir a un espectáculo totalmente legal, si desde el principio todo el entramado taurino (empresarios, ganaderos, toreros...) hubiese sentido como suyas las agresiones sufridas por los aficionados, seguro que las cosas serían ahora diferentes.