Cádiz CF

Víctor Chust, un año complicado

El defensa valenciano confía en que su tercer año como cadista sea el de su estrellato

La operación que llegó tarde

Víctor Chust. CCF

Alfonso Carbonell

Víctor Chust no ha tenido un año fácil. Todo apuntaba a que iba a ser el de su estrellato, pero al final resultó ser todo lo contrario. Y eso que empezó de la mejor de las maneras, es decir, fichando por el Cádiz CF . Todo se remonta a hace dos temporadas, con Cervera en el banquillo, un entrenador que no confió en él hasta el punto de colocar como central titular a Haroyan, un armenio que ha vuelto a su país tras no dar el nivel en España. Pero Bato no era el único preferido por Cervera, también lo era Juan Cala.

Es cierto que Víctor Chust acababa de llegar cedido como el Real Madrid y apenas contaba con un par de partidos mal contados en Primera de la mano de Zidane. No era poco, no, pero tampoco era para estar en la reserva de un equipo que acabó capitulando en El Sadar. Y entonces llegó Sergio y le dio la oportunidad. Y en qué momento. Porque Chust y Luis Hernández se convirtieron en los primeros en empujar de un carro que acabó saliendo del hoyo en el que estaba metido.

El caso es que fue primordial para sacar al equipo del atolladero, pero tanta exigencia tras tanta inactividad le pasó factura y comenzó con los problemas que, un año después, lo mandaron al quirófano. Y es que, para los más olvidadizos, Chust acabó lesionado la temporada que se acabó salvando en Mendizorroza . Fue el comienzo de su túnel particular.

A pesar de ello, el club se apresuró a firmarlo en propiedad consciente del potencial del jugador valenciano , que ya había sido internacional en categorías inferiores. Ya sea por la alegría de pertenecer al Cádiz CF o por lo que fuera, el caso es que Víctor Chust dejó pasar el verano sin darle la importancia necesaria a la lesión que le había privado de jugar el final de la temporada. Las molestias en el recto femoral las evitaba a base de mucho fisio y poca exigencia. Y así, sin operarse, afrontó una campaña que como estaba cantado se pasó más tiempo en la enfermería que en los terrenos de juego.

De vez en cuando aparecía por las alineaciones para suplir a un compañero sancionado o lesionado. Cumplia en su primer encuentro, pero no fallaba. Al siguiente en el que Sergio le entregaba la titularidad, plos, se rompía. Y claro, cansado de ello no tuvo otra que pasar por el quirófano el pasado mes de mayo y aún con la temporada en juego.

A Chust le tocó animar a los suyos desde fuera. Y, a su manera, ha aportado su granito de arena en partidos en los que dio la talla hasta que el cuerpo aguantó. Por eso, por su dedicación y sacrificio, el valenciano también ha celebrado su segunda permanencia con el Cádiz CF como el que más.

A medios oficiales del club, el central ha hecho el siguiente balance. «Muy positivo, dado que a pesar del inicio dudoso, hemos sacado con creces esta temporada y hemos logrado el objetivo tan ansiado».

A pesar de no haber estado en el campo, Chust se queda con «el último partido con toda la liberación tanto yo desde fuera como mis compañeros desde dentro».

Como todos, e l pero momento no ha sido otro que «el inicio , con los cincos primeros partidos sin conseguir la victoria ha sido lo más duro porque te surjen dudas. Pero supimos reponernos a eso para conseguir el objetivo».

Para su afición deja lo último. «Que sigan siendo ese jugador número 12 en todos los partidos de la temporada que viene, que nosotros, sin duda, vamos a dar el máximo».

Este año, su tercero con la elástica amarilla, piensa que debe ser el de su estrellato, ese que ha quedado frenado por unas molestias que deben ser ya cosa del pasado.

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