Jornada dominical del baratillo en su emplazamiento de Carlos III que desde hoy será sustituido. :: L. V.
CÁDIZ

El baratillo regresa a su tradicional ubicación tras ocho años de exilio

El reestreno del emplazamiento junto al Mercado Central está previsto para hoy alrededor del edificio de Correos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Durante las tres últimas décadas del siglo XX y hasta 2006 fue una escena familiar, un pequeño ritual urbano al que acudían coleccionistas, buscavidas, vendedores de lo más insospechado y un público formado por mayores, familia, niños y hasta los que regresaban de vivir la noche entera. Pero las obras de reforma del Mercado Central y el entorno de la calle Libertad, aliñada con un creciente runrún de mala imagen, de 'cutrerío', propiciaron el destierro. «Nos íbamos para unos meses y han sido ocho años en el paseo Carlos III, frente al parque Genovés», recuerda Andrés Hidalgo, el representante de los baratilleros. «Aquel no era sitio para un baratillo. No es de paso. En verano, la gente iba hacia la playa y no compraba. En invierno, cogían una pulmonía si iban. Y nosotros». El que hace el balance es Andrés Hidalgo, representante de los 91 baratilleros que, hoy, esta misma mañana verán conseguido su deseo de casi una década, su reivindicación de regresar a su ubicación habitual.

Solventadas las exigencias de más licencias y normalizadas «con total armonía» las relaciones con el arbitraje de la Policía Local y el Ayuntamiento, los baratilleros podrán instalarse «sin que se sume ninguno nuevo por ahora, sin que nadie se suba al carro ahora que volvemos a la plaza», advierte el coordinador de los baratilleros.

El retorno de hoy se produce con cambios: La calle Libertad no será ya el escenario pero el nuevo emplazamiento está a unos metros. Será el perímetro, las cuatro fachadas, del edificio de Correos, es decir, tanto las dos calles que dan a Guerra Jiménez como la situada frente a la entrada principal del Mercado Central y la ubicada frente a la Plaza de las Flores. En todas habrá dos líneas, enfrentadas, de puestos menos en una de las vías, por motivos de espacio y acceso de vecinos o vehículos.

Control

Los baratilleros se ubicarán alineados y en una zona delimitada, pegados al inmueble histórico. El Ayuntamiento anuncia que mantendrá el control administrativo de licencias para garantizar que los baratilleros hacen buen uso del permiso y evitar a intrusos llegados de otros municipios o provincias.

La alcaldesa Teófila Martínez, cuando anunció el pasado viernes 14 de marzo el regreso que se materializa hoy, admitió que existe un sector de ciudadanía crítico con esta ubicación y estas prácticas, advirtió que los baratilleros deben comprometerse «a no deteriorar un entorno, reforzado como atractivo y que tanto dinero de todos ha costado remodelar» pero confió en encontrar el «equilibrio entre los intereses de los comerciantes de la zona, los vecinos y el baratillo para que todos sus intereses puedan convivir».