Un tren AVE saliendo de la estación madrileña de Atocha con destino a Valencia. :: SAN BERNARDO
Economia

Fomento segrega las líneas AVE para que no computen en el déficit

Divide ADIF en dos sociedades públicas (alta velocidad y, a su vez, red convencional), que irán al mercado en busca de financiación externa

MADRID. Actualizado: Guardar
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La alta velocidad rodará a partir de ahora en solitario, aunque seguirá en manos de una sociedad pública. El Consejo de Ministros acordó ayer segregar en dos sociedades mercantiles distintas el administrador público de las infraestructuras ferroviarias (ADIF).

La medida, que entrará en vigor el 1 de enero, marcha en paralelo a la división de Renfe en cuatro entes: transporte de viajeros, transporte de mercancías, fabricación y mantenimiento de trenes y, por último, alquiler de material rodante. El motivo en ambos casos es poner en valor sus actividades más rentables, que en el caso del gestor de la red son las líneas de alta velocidad y sus costosas estaciones.

Son, en cualquier caso, sus activos más rentables si no contamos el importante pasivo que aún arrastran. Por ello, también son los más apetitosos de cara a la entrada de inversores privados, algo que planean hacer en los trenes AVE varios grupos de construcción y servicios como Ferrovial y Acciona -que iría de la mano de Globalia-, así como El Corte Inglés o incluso la familia Lara. Y sin olvidar a los operadores de Francia y Alemania.

Esa competencia que tendría Renfe es bienvenida por el gestor de la red pues a más operadores, mayor también será la suma que podrá obtener vía cánones. Y es que la nueva sociedad ADIF Alta Velocidad deberá cubrir, al menos, el 50% de sus gastos operativos con fondos procedentes del mercado, como exige el nuevo sistema europeo de cuentas.

De no ser así, la abultada deuda de ADIF -13.776 millones de euros al cierre de este año, con la previsión oficial de que se dispare un 21% el próximo hasta los 16.686 millones- empezaría a computar como déficit desde principios de 2014, lo que descuadraría por completo las cuentas del Estado.

La segunda sociedad, que conservará el nombre de ADIF, incluiría aquellas actividades donde los ingresos comerciales no llegan a cubrir la mitad del presupuesto, fundamentalmente la red convencional que se nutre en gran medida de las aportaciones del Estado.

Dado su carácter deficitario, y que la deuda se come 374 millones al año sólo en intereses, el Ministerio de Fomento persigue que la red del AVE se autofinancie en todo lo posible. Por ello, ADIF Alta Velocidad tiene previsto lanzar hasta cinco emisiones de bonos en 2014 por un valor de 2.800 millones.

La primera, de 600 millones, podría ser ya en enero. No obstante, ADIF recibirá el próximo año 285 millones de los fondos europeos, otros 120 millones en transferencias del Estado y 448 millones más por las devoluciones del IVA.