HUMILDAD ANTE TODO

Próxima parada: Sanlúcar de Barrameda. Desplazamiento propicio para viajar y disfrutar de un buen día de fútbol y hermandad con nuestros vecinos sanluqueños. Desplazamiento propicio para volver a conseguir una nueva victoria fuera de casa, dos meses después de la última conseguida ante el Écija. Desplazamiento idóneo para conseguir una victoria que sea la segunda de una posible racha de tres o cuatro victorias consecutivas... En definitiva, partido ideal para seguir sumando, romper rachas negativas de victorias fuera de casa y afianzarse entre los cuatro primeros en la clasificación.

Y eso contando que las bajas en defensa con las que viaja el equipo no deben notarse ante un rival flojo, muy flojo, que no sabe lo que es sumar un punto en las últimas cinco jornadas. Un equipo al que, como demostró el filial amarillo en el partido amistoso disputado el miércoles, se le puede hacer daño de muchas maneras, y el propio Raúl Agné habrá tomado buena nota de ello.

Una vez terminado el partido me alegraré de la victoria de mi equipo, si finalmente se consigue, y no desearé nada malo al equipo sanluqueño. Es más, me alegraré si el equipo amarillo le vuelve a ceder dos jugadores para que puedan salir de los puestos de descenso, incluso me alegraré aunque sea el propio Cádiz el que pague la ficha de ellos. Tampoco soy rencoroso, me educaron en el 'haz el bien, y no mires a quien', y no se me ocurrirá gritar «a Tercera, a Tercera» a un equipo de la provincia gaditana y que puede considerarse hermano. Tampoco me imagino a ningún miembro de la expedición amarilla, pulgar hacia abajo, dirigiéndose a los aficionados sanluqueños presentes en el estadio para hurgar en las heridas de sus derrotas. Ni tampoco creo que nadie irrumpirá en la sala de prensa creando el pánico, ni tirarán papelillos de dinero insinuando cosas raras.

En definitiva, conseguir una nueva victoria para que muchos de nuestros vecinos puedan aprender lo que significa en el fútbol modesto la palabra HUMILDAD.