CÁDIZ

Transformación en un barco turístico, con sede en El Puerto

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Como si fuera un símil de la evolución de una provincia eternamente en crisis, el hundimiento del Vaporcito ha vuelto a poner de manifiesto lo difícil que resulta cualquier proyecto empresarial en Cádiz. La vetusta motonave deberá convertirse en una embarcación adaptada a los requerimientos de seguridad y navegación actuales, así como a los atractivos que demanda el turismo. Su propietario, Manuel Ramos, cifró en medio millón de euros el coste de la adecuación. El 'Adriano III' sigue en el varadero del Guadalete, y cambiará por completo su fisonomía. Pasará a ser un barco turístico, con menor capacidad, y salas de actos, una zona de bar y otra de venta de souvenirs. Lo último que aseguró el armador es que su sede seguirá siendo El Puerto, aunque no está muy claro las rutas que tendrá el futuro Vaporcito.