Partidarios de Mohamed Mursi muestran su apoyo al expresidente egipcio; a la izquierda, Osama, hijo y abogado del líder de los Hermanos Musulmanes. :: MOHAMED ABD EL GHANY / REUTERS
MUNDO

Osama Mursi contra el Ejército

Los hijos del depuesto presidente egipcio denuncian su secuestro mientras la sangre vuelve a las calles de El Cairo

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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La familia de Mohamed Mursi anunció ayer que va a adoptar medidas legales por el «secuestro» del depuesto presidente egipcio contra el jefe de las Fuerzas Armadas y ministro de Defensa, Abdel Fatah el-Sisi, tanto dentro como fuera del país. Dos de los hijos del mandatario derrocado por un golpe de Estado militar el día 3 ofrecieron una rueda de prensa en la sede del Sindicato de Ingenieros en El Cairo. «Mursi es el presidente legítimo de Egipto y su retención va en contra de los derechos humanos y de todas las libertades», dijo Osama Mohamed Mursi.

«Advertimos a El-Sisi y a los golpistas contra cualquier daño a la persona del presidente legítimo, que disfruta de buena salud y no está enfermo como se dice», agregó el hijo de Mursi, que explicó que ejerce de abogado de su padre desde hace años y que no ha sido capaz de comunicarse con él desde que fue depuesto por el Ejército. La familia considera inaceptables las escasas explicaciones facilitadas por el nuevo poder del país sobre la situación del mandatario democrático: que estaría retenido por su propia seguridad.

Disparos de los militares

«Esto ni es legal ni tiene base constitucional», resumió Osama Mursi, para quien la detención de su padre equivale «nada menos que al secuestro de la voluntad del pueblo y la nación entera». La Fiscalía anunció el día 13 una investigación criminal por espionaje e incitación a la violencia contra el primer presidente de la historia del país elegido en las urnas, sin especificar de quién partían las acusaciones. Ningún cargo se ha presentado hasta el momento. «Sin una orden de detención del fiscal, es completamente ilegal retener a Mursi sin acusarle de algo durante más de 48 horas», explicó la directora de la organización Human Rights Watch en el país, Heba Morayef.

La irrupción de la familia Mursi se produjo en una nueva jornada de violencia en la capital, en la que la sangre volvió a derramarse. Entre una y cuatro personas, según las diversas fuentes consultadas, perdieron la vida El Cairo y el Qaliub en choques entre miembros de los Hermanos Musulmanes, seguidores del presidente depuesto, y partidarios del nuevo poder que reúne a liberales y fuerzas de la época de Hosni Mubarak con el decisivo respaldo del Ejército.

Dos personas murieron en enfrentamientos en la ciudad de Qaliub, al norte de la capital, y una tercera falleció al caer bajo una tren cuando trataba de huir de la Policía, informó una fuente de seguridad a la Agencia France Presse.

La muerte de una cuarta víctima se certificó en un hospital después de haber sido alcanzada por un disparo de arma de fuego, cuya procedencia no fue aclarada, durante choques cerca de la emblemática plaza Tahrir del centro de la capital, declaró Mohamed Soltan, subjefe del servicio de urgencias del Ministerio de Salud. Según diversas fuentes, el Ejército disparó «de forma intensa» contra una protesta de los seguidores de Mursi por la carretera de circunvalación de la capital egipcia, a la altura de Qaliub. Soldados abrieron fuego contra la manifestación, mientras un grupo de 'baltaguiya' (matones) lanzaron piedras. La Hermandad señaló en su página web que hay decenas de heridos por las pedradas de los reventadores.