En libertad

La libertad del hombre es, después de la vida, el don más precioso que se le ha concedido al ser humano.

Ayer, cuando hacia una fotocopia de una fotografía de Benedicto XVI en la JMJ, celebrada en Madrid, la mujer que me atendía me preguntó: ¿Qué le parece a Vd. la dimisión del Papa? Pues mire, contesté, ha renunciado al Primado ejerciendo su libertad y naturalmente haciendo un ejemplar modo de vivir la humildad.

Siempre opinamos y al hacerlo esgrimimos la libertad de expresión. Pero muchos olvidamos, por la manoseada libertad, que lo que hacemos sin saber ni intentar saberlo es meternos en el interior de las personas, en este caso el Papa, y adivinar las circunstancias que concurren para tomar esta decisión. Repito, en libertad y con su habitual humildad.

El deterioro del Santo Padre avanza a ojos vista, en poco mas de 10-12 meses se ha ido minando su salud y si ya era anciano cuando llegó a la Sede Petrina, los años no pasan en balde y ya serán 86 los que cumpla el próximo mes de abril.

Yo, a los críticos, contestaré a esos centenares que serán y seguro los mismos que criticaban al Beato Juan Pablo II su permanencia en el Pontificado, les haría la consideración de lo que harán ellos a los 86 años. Habrá que verles, si los llegan a cumplir. Sólo les deseo, que tengan salud y continúen trabajando intensamente, a pleno rendimiento, Enhorabuena.