Protesta de un grupo de extrabajadores ante el Ayuntamiento de Puerto Real (imagen y vídeo). E. M.
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La empresa asiática interesada en Delphi frena su inversión tras los contratiempos

La Junta ha sido incapaz de fijar en los dos últimos meses un nuevo encuentro con la empresa para presentar ofertas y atar el proyecto

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«Ni está, ni se le espera». Se trata de la frase más repetida entre los extrabajadores de Delphi y algunos políticos de la provincia para resumir el estado en el que se encuentra la inversión asiática que iba reflotar la antigua factoría de Puerto Real. La dirección del Grupo BWI Co. (Beijing West Industries) fijó su atención el pasado verano en los terrenos de Delphi, en el polígono del Trocadero, para abrir allí una fábrica de amortiguadores y componentes de automoción. La Junta, a través de la Consejería de Innovación y Empleo, se encargó de pilotar desde Sevilla las conversaciones con la multinacional. No ha habido suerte.

La negociación no fue, desde luego, un camino de rosas y tuvo, como todo pulso entre empresa y Administración, sus encuentros y desencuentros. Sin embargo, el silencio y el punto de no retorno al que han llegado los contactos presagia que los inversores asiáticos han perdido su interés por la Bahía ante la cantidad de obstáculos que han encontrado en el trayecto. Fuentes de la comisión de seguimiento del caso Delphi han confirmado a este periódico que desde finales del pasado octubre no se han mantenido nuevos encuentros con los directivos de esta multinacional de capital asiático, pero con representación norteamericana en su accionariado. Los extrabajadores de Delphi admiten que las negociaciones con la Junta están paralizadas y no saben si habrá posibilidad de retomar los contactos más adelante, ya que el principal problema que detectaron los inversores fue la complicada situación jurídica en la que se encuentran inmersos los terrenos de Delphi, incluidos en un concurso de acreedores. El suelo es el aval para liquidar la deuda que dejó el cierre de Delphi en la Bahía a los proveedores y su cuantía, según la última tasación, asciende a unos 11 millones de euros.

El contingente de extrabajadores de Delphi que aún sigue sin recolocar, unos 600, ha reclamado siempre que la Junta se haga con los terrenos para evitar con ello cualquier maniobra especulativa, ya que si el suelo se liquida como pago a proveedores, sus nuevos dueños podrían declinar el uso industrial. Por tanto, la titularidad pública de los mismos es la que garantizaría de por vida su uso industrial y facilitaría, al mismo tiempo, la llegada de los inversores.

La Junta no tiene intención de pagar 11 millones de euros por los terrenos y la consejera de Presidencia, Susana Díaz, lanzó una sorprendente propuesta a principios de noviembre para que la propiedad del suelo pase a manos públicas. Su iniciativa consiste en que sea el Consorcio de Las Aletas el que absorba esta infraestructura industrial y pague por ellos. La propuesta, lejos de tranquilizar, lo que provocó es que los ánimos saltaran por los aires, ya que los gestores de Las Aletas, ahora en manos del PP, denunciaron que era una forma torticera de embarcar la pelota en otro tejado, al tiempo que se aclaró que Las Aletas no tiene nada que ver con Delphi.

Los inversores de BWI han asistido atónitos a este espectáculo político. La Junta logró cerrar con ellos incentivos fiscales, ayudas a la contratación y subvenciones a la inversión. Una de las negociaciones más duras fue la relacionada con los costes laborales de la producción. Los asiáticos no estaban dispuestos a asumir el convenio del Metal vigente en Cádiz, el tercero más alto de España, donde la nómina de un trabajador ronda los 1.200 euros netos. Su segunda opción para invertir, en caso de que fallara la alternativa de la Bahía de Cádiz, eran los países del Este, donde los costes son menores. Sin embargo, los extrabajadores de Delphi dieron una lección al anunciar su disposición a rebajar salario con el fin de contar con un empleo.

La oferta de la plantilla fue recogida con agrado, pero los casi 641 euros de Salario Mínimo Interprofesional vigente en España era demasiado alto para los asiáticos que, de nuevo, situaron el balón en el tejado de la Junta al solicitar que fuera la Administración regional la que pagara la diferencia entre lo que ellos estaban dispuestos a ofrecer y el salario mínimo. La Junta rechazó de plano esta iniciativa.

La Junta anunció a primeros de noviembre su intención de celebrar una reunión a tres bandas, con empresa y extrabajadores de Delphi, para llegar a un acuerdo definitivo. Todo apunta a que la situación se ha enquistado y los asiáticos han volado hacia otras zonas con menos problemas.

La multinacional tenía interés y prisa por la inversión gaditana, ya que había cerrado un importante contrato con Ford y Opel y necesitaba producir cuánto antes. La Bahía reunía condiciones porque la planta ya estaba construida. Los problemas vinieron luego.