CÁDIZ

Amiga soledad

En las dos últimas décadas se ha duplicado el número de hogares gaditanos habitados por una única persona

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Por vocación o por obligación, pero la realidad es que Cádiz, o mejor dicho, los gaditanos, se van volviendo cada vez más solitarios. Los números cantan y basta con echar un vistazo a cualquier estadística al respecto para comprobar como se ha producido un incremento espectacular en los últimos años de los hogares que en la provincia tienen un único habitante.

El caso de Cádiz no es especial. La tendencia en el conjunto de España es la misma. Cada vez más personas optan por vivir solas y las familias que siguen viviendo juntas cada vez tienen, como media, un menor número de componentes. Lo mismo sucede en el resto de Europa, quizá de forma aún más acusada, porque España aún sigue estando por encima de la media en cuanto al número de habitantes por hogar. El camino de la ‘individualización’ parece que no tiene retorno. Hay muchas variables que lo explican, desde el aumento de las separaciones y divorcios a la disminución de la mortalidad. Eso, por dar solo algunas claves de lo que se ha dado en denominar la «transición demográfica» española.

Tomando como base los datos del Instituto de Estadística de Andalucía, se calcula que en toda la provincia de Cádiz el número de viviendas habitadas, lo que se puede considerar un hogar, asciende a 416.400, una cifra muy superior a la contabilizada en el año 1990: 279.100. Ahora bien, la tipología de las mismas poco tiene que ver en la actualidad con las de hace 22 años.

Cada vez es más extraño encontrar en una misma casa conviviendo a varias generaciones de una misma familia. Abuelo y nietos cada vez viven más separados, y eso en un momento en el que los mayores cada vez se convierten con más frecuencia en los cuidadores de los hijos de sus hijos. Lo normal, hoy en día, es que el contacto dure el tiempo necesario y, después, cada uno a su casa.

En 1990, el número medio de personas que compartían techo en la provincia de Cádiz era 3,83. Esta cantidad era de largo la más elevada de la Comunidad Autónoma, siendo también una de las más altas en el conjunto del país. A día de hoy, esa media ha descendido y se sitúa en 2,69 personas por hogar. Sigue siendo la cifra más elevada en Andalucía, donde la media se sitúa en 2,66, pero es un número prácticamente idéntico al de otras provincias como Jaén, Sevilla o Almería. Lo llamativo en este caso es que en ninguna provincia se ha producido un descenso de la media tan pronunciado como el registrado en Cádiz con respecto a los primeros años de la década de los 90.

La diversificación de los modelos de familia está detrás de la explicación de estos cambios demográficos. En las últimas décadas ha cambiado el concepto de pareja, ha disminuido la fecundidad y hombres y mujeres han de enfrentarse a diario con el cada vez más difícil reto de la conciliación de la vida familiar y laboral. El individuo se enfrenta a una vida plagada de estrés que le afecta de lleno en sus relaciones familiares. Esto provoca que aumenten las separaciones y que incluso cada vez más parejas opten por mantener su relación haciendo vidas independientes.

Justo estas son dos de las justificaciones del aumento de las viviendas unipersonales, que en la provincia de Cádiz suman ya 71.100. Por otro lado, el aumento de la esperanza de vida y la mejora de las condiciones de salud de los mayores hace que cada vez sean más los ‘abuelos’ que viven de forma independiente. Esto implica que las personas que viven solas son ya más del doble de las que había en Cádiz en esta situación en el año 1990 (32.830).

Los sociólogos coinciden en que esta tendencia a la soledad no está motivada simplemente por las circunstancias, sino que es una opción elegida libremente como la más apetecible por muchos. La clave en estos casos es la disposición de una red de apoyo que pueda cubrir las necesidades físicas, afectivas e incluso sexuales de la persona en los momentos puntuales en los que la precise.

El aumento en las dos últimas décadas ha sido también considerable en el caso de las viviendas ocupadas por parejas sin hijos, que también son ya más del doble que en 1990, superando las 67.500. Esto, no obstante, indica que cada vez son más las personas que optan por vivir solas frente a las que deciden hacerlo en pareja.

Familias con hijos

En esta clasificación estadística siguen siendo mayoría los hogares habitados por núcleos familiares, independientemente de su tamaño. En 2012 se contabilizan en la provincia de Cádiz 231.200 parejas con hijos que conviven bajo el mismo techo.

Además, aumenta cada vez más la cifra de hogares en los que vive solo uno de los progenitores, padre o madre, con los hijos, fruto del aumento de las rupturas en la pareja. Hay ya 38.900 hogares donde se vive esta realidad.

Las estadísticas andaluzas indican que en los próximos años la tendencia en cuanto a los tipos de hogares seguirá en la misma línea. Cada vez más personas optarán por vivir solas. Una consecuencia será que las viviendas serán cada vez más pequeñas, adaptadas a las necesidades de sus habitantes. Y es que, ya se sabe, mejor solo que mal acompañado.