CÁDIZ

Los gaditanos se vuelven más independientes pero aún buscan la cercanía con la familia

La tendencia a la individualización podría romperse si la situación de crisis persiste

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La forma y la estructura de las familias españolas, y gaditanas en particular, está en transformación constante. Así lo explica la doctora en Sociología y profesora de la Universidad de Cádiz Beatriz Pérez González. Lleva años estudiando la materia y puede aportar algunas claves que explican los cambios en los modelos de hogar predominantes en la actualidad.

Para Beatriz Pérez hay que partir de la base de que «la definición de familia se transforma permanentemente, no es algo estático». Retrotrayéndose a la España de los años 50-60 del siglo pasado, la socióloga recupera el tópico de «la familia y uno más», explicando que la forma de vida en los hogares del momento se basaba en la agrupación de la familia extensa. Eso significa que bajo un mismo techo convivían varias generaciones e incluso varios núcleos familiares o allegados. Esto ha sido hasta hace no demasiados años algo usual en Cádiz, donde también se ha dado un fenómeno, motivado por las circunstancias particulares de la fisonomía de la ciudad y la economía de sus habitantes, «el partidito». De ahí se explica que familias numerosas hayan tenido que vivir durante años hacinadas en pocos metros cuadrados.

La profesora de la UCA introduce en el estudio demográfico de la provincia de Cádiz otra variable, la del apego familiar, algo muy extendido en la cultura mediterránea. Esto hace que los gaditanos en general, a pesar de la tendencia a la soledad que se está registrando en los hogares de la provincia en las últimas décadas, siga buscando una vivienda en las cercanías de las de sus familiares, a veces, incluso en el mismo edificio. «Las agrupaciones familiares, de alguna forma, buscan estrategias de vida. Cuando los recursos son escasos se reajustan estas formas de afrontar familiarmente las situaciones». Y esto, en el caso de una provincia como la gaditana, donde problemas como el paro y la exclusión social son prácticamente estructurales, adquiere una gran importancia.

En cualquier caso, la socióloga advierte de que «la solidaridad aumenta cuando existen momentos de dificultad. Así, la solidaridad entre cercanos es de prever en un momento como este. Por tanto las formas de vida familiar reforzarán sus vínculos si la dificultad se mantiene. El individualismo, por tanto, depende del caso».

Beatriz Pérez relata algunos de los rasgos definitorios de la familia actual. Entre ellos destaca «un claro despegue del número de hogares unipersonales, familias reconstituidas, familias de dobles carreras (donde cada uno vive en una ciudad en función del sitio en el que trabaja), la emancipación de los jóvenes se retrasa... Existen por tanto familias más heterogéneas con demandas en torno al hogar más diversas, que no se corresponden necesariamente con el estereotipo de familia nuclear, aunque sea el más habitual».