CARTAS DE LOS LECTORES

Caso Dívar

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Las negras togas de los jueces andan agitadas. Su máxima autoridad ha dimitido. Pienso que él no es el culpable pues el sistema y la legislación le han dado permiso para poder irse a Marbella y disfrutar de fines de semana de cuatro días, los cuales, pagados a cuenta de las dietas a las que tienen derecho las autoridades, suponen un derroche permitido por la legislación. No es el único que disfruta de hoteles y buenos almuerzos por teóricamente cumplir sus obligaciones. Dívar se pasó de rosca, pero es que se le ha permitido. Pienso cuando llevaba las facturas a la funcionaria de turno y ésta las tramitaba como cuando se paga a la papelería un paquete de folios. La justicia no solo tiene que taparse con una venda, busca ahora unas pinzas para taparse la nariz y poder cumplir así mejor su papel. Critican ahora a una de las figuras principales del Estado los que siguen viajando en coches oficiales a actos de partido o que permitieron que miembros de su partido usaran tarjetas a cargo de presupuestos públicos para pagarse medicamentos, cestas de la compra, trajes y un largo etcétera. El trasfondo de todo esto es que hay que mirar con lupa las dietas.