AMARILLO PANTONE

Y EL DOCE SE ALARGA

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Hasta el infinito y más allá. Hay caras tristes en el Consistorio desde hace unos meses. El puente no estará ni para el Trece, y dudamos si para el Quince. En esta década estaremos de celebración continua, porque el Doce se alarga, algunos piensan que para mal al no haber cumplido las expectativas políticas, pero hay frentes que ven este retraso como una oportunidad. ¿Por qué? Fácil, el político busca rapidez, proyectos que, aunque no estén terminados, pueda inaugurar en cuatro años de legislatura, descubrir la placa y ¡hala! una obrita más para el currículum... El político no recuerda que para hacer catedrales antes se tardaba doscientos años de construcción. Por muchos avances tecnológicos que haya habido desde entonces, hay cosas que llevan su tiempo, entre ellas la reforma de una ciudad.

Por muy planeado que se haya tenido el Doce desde hace una década, plantear todas esas mejoras para su finalización en esta fecha tan señalada, amén de la crisis, es, sin duda, un error. Que le pregunten a Sevilla por la Cartuja y su Puente «del Paquito». Ciudades mal planificadas, inauguradas deprisa y corriendo, foto finish y ¿luego qué? Así estamos, con los lugares de interés turístico cerrados un sábado por la mañana, con fincas abandonadas, tanto de propiedad pública como privada, con edificios en uso que se caen por los años que tienen ya... Con un transporte público obsoleto. ¡Oh, Cádiz! Menos mal que no has tenido terreno para crecer, porque si no te hubiesen destrozado para siempre. Esos problemas que de verdad se arreglan, no con ladrillo, sino con esfuerzo y dinero, no gastándolo en grúas o cemento, sino en personal, en trabajo, en cosas que arreglen ese 40% de analfabetismo de la ciudad, en proyectos a los que no se les puede echar una foto, ni inaugurarlos con una placa... Esos problemas son los que hay que estudiar y acabar, y no en un año, ni en cuatro ni en ocho. En diecisiete podría haberse empezado a notar algo. A ver si el Doce se alarga veinte años o más, así nos da tiempo a reflexionar y actuar. Temple y largo plazo.