El Robin Hood de los empresarios

Mariano Rajoy se ha convertido en el Robin Hood de los empresarios, es decir, el que quita derechos a los ricos trabajadores y se los da a los pobres y oprimidos empresarios. El Gobierno ha hecho una reforma laboral agresiva a sabiendas de que no solucionará el problema del paro, pero que colma con creces las viejas reivindicaciones de las organizaciones empresariales sobre el mercado laboral; la cara del señor Rosell lo dice todo: no cabe en sí de gozo.

Hay que reconocer que el Partido Popular no ha podido elegir mejor momento para la sustracción de derechos a los trabajadores. Una mayoría absoluta recién conseguida, una oposición socialista noqueada, un paro desbocado, una deuda endiablada, unos mercados financieros sedientos de sangre, un miedo paralizante, una pasividad ciudadana enfermiza, unos sindicatos debilitados y desprestigiados, y una Unión Europea derechizada y sonámbula, conforman el escenario perfecto para todo tipo de abusos y atropellos. Si, ante tanto dislate, la sociedad no reacciona, podemos dar por perdida la batalla por unas relaciones laborales justas y equilibradas, y aceptar que, con esta capitulación, ponemos rumbo hacia tiempos pretéritos de iniquidad y esclavitud.