La recesión llega a España para quedarse

Instalados en la recesión y con negras perspectivas de futuro. La economía española ya se encuentra inmersa en una nueva fase de contracción de la actividad, en la que permanecerá durante todo el año. Así lo adelanta el Banco de España, que tras estimar una caída del Producto Interior Bruto del 0,3% en el cuarto trimestre respecto al tercero, prevé que el desplome de la actividad se prolongará, trimestre a trimestre, durante todo el actual ejercicio, que se saldará con un retroceso global del 1,5%. El repunte de 2013 será apenas perceptible, de un 0,2% en el conjunto del año.

Los datos del instituto emisor matizan muy ligeramente el negativo escenario que el Fondo Monetario Internacional publicará hoy, y ratifican el dramático panorama del mercado de trabajo. Según las cuentas del BE, que chequean el ámbito laboral con un sistema distinto al de la Encuesta de Población Activa o los registros de empleo por cuanto computan un puesto de trabajo por cada ocho horas de actividad efectiva, el mercado laboral sufrirá un nuevo retroceso del 3% este año, y todavía caerá un 0,7% adicional el próximo. En puestos de trabajo equivalentes, en 2012 se destruirá otro medio millón de empleos y la tasa de paro escalará el nivel del 23,4%, nivel en el que permanecerá en 2013.

El Banco de España, que preside Miguel Fernández Ordóñez, ha anticipado en esta ocasión a finales de enero la publicación de sus proyecciones anuales, que habitualmente daba a conocer en marzo. Las hace además extensivas a los inmediatos ejercicios, los incluidos en el programa de estabilidad de España y justifica esta anticipación en el cambio de Gobierno.

El instituto emisor no contempla esa extensión de plazos para el cumplimiento del objetivo de déficit que sin ninguna sutileza reclama el ministro de Hacienda. Retrasar el compromiso del 4,4% de números rojos respecto al PIB previsto para este año «no está en estos momentos en la agenda», dijo De Guindos en Bruselas, poco antes de incorporarse a la reunión de responsables económicos y financieros del Eurogrupo.

La crisis de la deuda ha pasado una severa factura a la economía española. El instituto emisor estima que la reducción del PIB en un 0,3% en el cuarto trimestre redujo el avance anual -el primero tras dos años de caída, del 3,7% en 2009 y del 0,1% en 2010, según la más reciente actualización de Estadística- a un modesto 0,7%, porcentaje que amplía la brecha con los 'motores' de la zona euro. La demanda interna sufrió un desplome del 1,3%, como consecuencia del estancamiento del consumo privado, la contracción del consumo público en el 1,2% y el retroceso de la inversión.

Dos trimestres consecutivos de caída de la actividad se consideran una vuelta a la recesión, y en esta situación nos encontramos en este comienzo de año, porque el Banco de España prevé que la trayectoria contractiva de finales de 2011 se prolongue durante todo 2012, «como resultado de la confluencia del proceso de ajuste del sector privado con el del sector público».

Medicina que agrava

El retroceso interanual del PIB en el 1,5% este año estará causado, en gran medida, por el desplome de la demanda interna en un 4%. El instituto emisor explica que las medidas de austeridad presupuestaria tendrán un impacto directo sobre los componentes públicos de la demanda nacional, «pero también afectarán al gasto de las familias», lo que equivale a decir que la medicina que cura al enfermo deteriora previamente su estado de salud. Las familias, que están viendo recortada su renta disponible por el retroceso del empleo y el aumento del IRPF, se encuentran embarcadas, de grado o por la fuerza, en su propio proceso de desendeudamiento, y se ven además afectadas por la restricción del crédito.

En la proyección de la economía española para 2012 y 2013 alarma que los retrocesos previstos para la inversión -nada menos que un 9,2% este año, y un 2,2% adicional en el próximo- se extienden a los bienes de equipo. Fiel reflejo de la contracción económica generalizada, la inversión en las 'máquinas' va a sufrir este año un desplome del 7%, y presentará un registro levemente negativo en 2013. La mayor contribución de la demanda externa no vendrá de las exportaciones sino del retroceso de las importaciones.