El patriarca de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, durante la rueda de prensa que ofreció en Pozuelo de Alarcón. :: VÍCTOR LERENA/EFE
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Ruiz-Mateos: «Pagaré a los dueños de los bonos para no morir como un estafador»

El grupo Nueva Rumasa se comprometió a abonar todo lo captado con los títulos emitidos, que por primera vez cifraron en 250 millones

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Un día después de que se ofreciera a los tenedores legítimos de pagarés emitidos por sociedades vinculadas a la compañía Nueva Rumasa la cesión de derechos económicos de cobro derivados de las reclamaciones de retasación de la expropiación de la antigua Rumasa -que tuvo lugar en 1983-, el patriarca de la familia Ruiz-Mateos dio ayer la cara.

Y si José María Ruiz-Mateos compareció fue para subrayar que «no piensa morir como un estafador y un infame» y volverse a comprometer a pagar hasta «la última peseta» de lo captado a través de emisiones de pagarés que, por primera vez, el grupo ha cifrado en 250 millones de euros, aportados por unos 3.000 inversores particulares a once empresas del grupo.

El empresario jerezano, que consideró que tras la expropiación del antiguo 'holding' ha sufrido otro «robo brutal» de las empresas de Nueva Rumasa, compareció junto al abogado de la familia, Joaquín Yvancos, quien explicó que el 50% de los derechos de cobro de los pleitos de la expropiación que Ruiz-Mateos quiere ceder a los titulares de pagarés constituyen el único activo personal que le queda.

«Advierto a todos aquellos que me están difamando que, de seguir así, diré con nombre y apellidos quiénes son y las atrocidades cometidas», amenazó el octogenario empresario en una rueda de prensa convocada para denunciar la «persecución política y de instituciones públicas y privadas» de la que dice sentirse objeto.

Joaquín Yvancos, por su parte, anunció que el grupo presentó ayer concurso de acreedores de los cinco hoteles que tiene en Canarias, con lo que se elevan a una treintena las sociedades en suspensión de pagos y se da por casi completada la entrada en procedimiento concursal de la práctica totalidad del grupo, a falta de algunas «pequeñas empresas».

Según detalló, el pasivo de las compañías en suspensión de pagos suma entre 1.200 millones y 1.300 millones de euros, incluido el importe de los titulares de pagarés. El abogado lamentó que en los concursos, en lugar de «salvar» las compañías, se esté buscando liquidarlas o «malvenderlas».

«Nos han quitado todas las empresas; los intrusos se han apoderado de todo», dijo Ruiz-Mateos.