Cartas

Un mal ejemplo para los jóvenes deportistas

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Estoy harto de leer y escuchar que los niños reciben muy mal ejemplo de sus padres en las prácticas deportivas de los fines de semana. Se refieren esos comentarios a que los mayores insultan o critican a los árbitros, agobian a los chavales para que ganen y les inculcan los peores modales posibles. Eso es verdad, en parte, y yo lo he visto. Incluso lo he padecido más de un sábado en las pistas de toda la provincia de Cádiz, sin distinciones ni excepciones. Igual en el pueblo más pequeño que en Cádiz, Jerez o Algeciras.

Pero esta semana he recordado que los padres de esas criaturas no son los únicos que dan mal ejemplo. Las palabras, las actitudes y los gestos de los técnicos y los jugadores del Real Madrid y el Barcelona han estado en el lado contrario de lo que se debe de pedir a unos deportistas. Aunque sean profesionales, eso no quita que tengan que dar un poquito de ejemplo. Desde las palabrotas de los entrenadores el día antes, a las patadas, las agresiones fingidas para expulsar a rivales, los insultos, las reyertas, las acusaciones posteriores de trampas. Todo ha sido un conjunto de lo que no debe ser el deporte y lo que los niños deben dejar de hacer. Además, estos son multimillonarios. Siendo así, que se puede esperar de padres trabajadores sin ninguna formación.