DE ZORRILLA A LA MAREA

DE QUITA Y PON

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LLas malas lenguas dicen que la limpia en el PSOE andaluz no ha hecho más que empezar y que el actual vicepresidente del Gobierno y antiguo jefe de Andalucía, Manuel Chaves, no tardará en presentar su dimisión presionado por los últimos acontecimientos familiares y por una corriente de nuevos aires socialistas que quiere acabar con las viejas glorias antes de un año para presentar a las elecciones andaluzas un partido renovado (han pasado casi dos décadas desde que el desaparecido Alfonso Perales intentara explicarme qué era la renovación y todavía no me he enterado, porque siempre he visto a los mismos, pero en fin, supongo que algún día lo conseguirán). A Chaves le crecen los enanos y mientras él se defiende atacando, de lo que quizás no se esté dando cuenta es de que el enemigo está dentro de casa y que los que durante años le rindieron pleitesía ahora pueden estar pasando documentación profesional de sus familiares a los medios de comunicación. Recientemente en Cádiz ha sido destituido el subdirector de Recursos, a la sazón ahijado de Chaves, quien no fue demasiado bien recibido cuando con apenas 30 años, su licenciatura de Derecho y ninguna experiencia previa en el sector público ni plaza alguna optó a ese puesto. El joven hizo una buena labor para el SAS recortando personal, pero al parecer no le fue tan bien con las horas extras de los trabajadores que él pensó mejor preparados y las cuentas se dispararon. Pero bueno, enseguida ha encontrado trabajo en el Virgen de Macarena (supongo que por sus puntos en la bolsa, no quiero pensar otra cosa) y ahora está en el hospital sevillano como técnico de Función Administrativa y preparándose para la futura plataforma provincial de Suministros y Compras que ya funciona en Cádiz y que se pondrá en marcha en la capital hispalense. Como dice un amigo mío, si quieres que algo salga mal, monta una plataforma. La dimisión de Luis Pizarro, de 64 años, como consejero de Gobernación, ha dejado sin padrino a más de un cargo en la provincia de Cádiz, a algunos de los cuales les queda más de un año para jubilarse, lo que no le ocurre al jefe del clan de Alcalá, que ya se puede retirar con todos sus años cotizados como político. Eso hace que haya más de uno nervioso por lo que pueda ocurrir y por su futuro político y laboral. Cuentan que después de las elecciones del 22 de mayo, la caída de delegados provinciales afines a Pizarro será un goteo, mientras su sustituto en la Junta, Francisco Menacho, y su mano derecha Juan Cornejo, toman posiciones con los suyos. Un quita y pon que hace que cada vez los ciudadanos crean menos en los políticos. Ya me gustaría saber cuáles son los criterios para cesar a un delegado y poner a otro en su lugar, y quiero pensar que no es por motivos de afinidad política, pero siempre pienso mal. De momento, Cabaña intenta aguantar el tipo y para Sevilla es un peón de Pizarro, aunque la verdad es que nunca fueron de la misma cuerda e incluso hace una década el actual presidente de Diputación fundó el colectivo Janda para quitárselo de en medio. Aunque, en caso de supervivencia es mejor pelillos a la mar, que los nuevos de Sevilla todavía no se han enterado de la colmena de familias socialistas de Cádiz.

Los otros

Los otros partidos a su rollo. Mientras el PSOE sigue enfrascado en suicidarse en la plaza pública otros las utilizan para dar a conocer sus programas electorales, como es el caso hoy de Rosa Díez, la líder de UPyD, que ofrecerá un mitin en la plaza de Varela, ya que, aunque en un principio iba a ser en la Glorieta Ingeniero La Cierva, un acto de Intermon hizo que ambas organizaciones llegaran a un acuerdo para no pisarse.