La postura antinuclear aúpa a los Verdes como tercera fuerza en Alemania

El nacimiento como partido político de los Verdes fue caótico. De hecho, nadie creyó que iba a tener futuro. «Están condenados a fracasar», dijo un cercano asesor del excanciller Willy Brandt al comentar el nacimiento de la nueva formación en 1980. «Son una tropa de niños desaseados y una caballería de Troya de los soviéticos», dijo el líder bávaro Franz Josef Strauss.

Pero, como reza un refrán popular alemán, los cadáveres políticos siempre han gozado de buena salud en Alemania y los Verdes no son una excepción, como quedó demostrado en las elecciones que tuvieron lugar el domingo en Baden-Württemberg y Renania Palatinado, dos Estados donde el partido ecologista ha coronado su larga marcha a través de la jungla política alemana al convertirse en una fuerza electoral capaz de desafiar a la Unión Cristiano-demócrata (CDU) y al partido Socialdemócrata (SPD). Gracias a su habilidad para renovarse y enfrentarse a los nuevos desafíos, los Verdes dejaron atrás su imagen de «niños desaseados» y se convirtieron en una eficaz máquina política capaz de romper los moldes en la primera potencia económica de la UE.

En 1998 llegaron al gobierno federal en una histórica alianza con el SPD. Un año después enterraron su credo pacifista al aprobar una intervención del Ejército alemán en Kosovo y posteriormente respaldaron la misión militar germana en Afganistán. Pero los Verdes nunca renunciaron a su lucha contra la energía nuclear, una filosofía que les ayudó a expulsar del poder a la CDU en el 'land' más rico y conservador del país y que les podría permitir tener un candidato propio para el cargo de canciller en 2013.

El extraordinario éxito electoral de los Verdes en Baden-Württemberg y el 15% de los votos obtenidos en Renania Palatinado no se explican, como dijo Angela Merkel, por la tragedia nuclear ocurrida en Japón. La clave del éxito de los ecologistas y el origen del fracaso de la CDU se llama credibilidad.