El racinguista Alberto Piñero disputó ayer los 90 minutos de la cita ante el Mairena. :: JAVIER FERGO
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Un rácano Mairena saca un amplio botín de El Puerto

El Portuense no derriba el muro alcoreño y Rubio anota el gol de la victoria en la única jugada de peligro de los visitantes en todo el partido

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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El Mairena metió el autobús en el Cuvillo y de un volantazo atropelló al Racing Portuense. Sin llegar a hacer un encuentro de muchas genialidades, el equipo de El Puerto siempre controló la cita, pero en el único disparo entre los tres palos que tuvo el Mairena, los alcoreños acertaron de pleno con la red de Edu Villegas, casi sin tiempo para rectificar.

El único mérito de los hombres de Eusebio Navarro fue su disciplina en el rectángulo de juego, a lo que colaboró el juego espeso que ayer exhibió el Portuense. Curiosamente es el segundo triunfo que el Mairena consigue como visitante a lo largo de la temporada, lo que no deja de ser una sorpresa al obtenerlo en campo de un favorito al ascenso de categoría.

Mención especial merece el colegiado cordobés Jirona Arjona, que si ya se la lió al Racing en El Rosal frente al Cádiz B, ayer volvió por su senda. Al margen de sus nefastas apreciaciones a la hora de mostrar las amarillas, en una jugada que pudo ser decisiva para que los de Paco Corbeto al menos pudieran haber rescatado un punto, se volvió atrás como un calcetín. En el tiempo de descuento de la segunda mitad hubo una patada en la cabeza y por alto de Ulises a Carli, señalando penalti, para, posteriormente, revocar su propia decisión.

Un cerrojo en toda regla

El encuentro en todo momento se jugó en la parcela sevillana, ya que, Eusebio Navarro llegó a montar una defensa hasta con cinco hombres cuando el cuero estaba en poder rojiblanco. De tres ocasiones disfrutó el Portuense en la primera parte, aunque ninguna de ellas fuera entre los tres palos. Lolo Prado al saque de una falta directa que pegó en el travesaño a los diez minutos, un remate de Adrián Gallardo junto a la cepa del poste y un disparo de Abel Calatayud que se fue fuera por muy poco.

En la segunda mitad, Lolo Prado y Adrián Gallardo tampoco pudieron superar a Pablo. Pero la sorpresa saltó a falta de cuatro minutos. Fue entonces cuando Luis Castillo no despejó el cuero, Rubio le robó la cartera y batió con un disparo raso y ajustado a Edu Villegas. Nadie daba crédito a lo visto.

El último cartucho estuvo en la cabeza de Luis Castillo, pero Pablo voló para evitar el gol de la igualada.