Despido y readmisión. Fue el primer frente de la legislatura. El Ayuntamiento tuvo que readmitir a trabajadores de Urbanismo y otras áreas, que incluso se encerraron en la Catedral. :: LA VOZ
Jerez

LEGISLATURA SIN TREGUA

El pulso con el PSOE, el agujero municipal y las polémicas judiciales han marcado la legislatura

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La mayoría absoluta no garantiza la tranquilidad para gobernar. Que le pregunten a Pilar Sánchez, que se ha visto en varias ocasiones delante del abismo, en unos casos por la recesión económica que ha llevado al agujero del Ayuntamiento a límites insospechados, en otros por sus propios errores de gestión, y en otros tantos por el clima de crispación fuera y dentro de su partido, donde el pulso con la dirección provincial y sus propios concejales ha sido constante.

Todo ello ha causado un tremendo desgaste de la regidora y de su equipo de gobierno. El descalabro previsto de cara a las elecciones municipales ha hecho que la dirección provincial del partido le vea las orejas al lobo y haya apostado por un cambio en la candidatura de cara al 22-M, aunque de momento es ella quien ha ganado el pulso.

El primer gran frente con el que ha tenido que luchar el gobierno desde que accediera al poder ha sido la crisis y la crispación dentro y fuera del Ayuntamiento. Cuando se habla de una plantilla sobredimensionada en la que hay que meter tijera, se olvida que a comienzos de la legislatura el gobierno tuvo que readmitir a cuatro trabajadores de Movilidad y otros 17 de Urbanismo, tras numerosas protestas, encierros en la Catedral y denuncias en los juzgados. A partir de ahí, la recesión fue empeorando, los ingresos cayendo en picado y los gastos desbordando la capacidad de las arcas municipales. Retenciones de Hacienda y la Seguridad Social, retrasos en las nóminas de los trabajadores municipales, impagos de pólizas sanitarias, plan de pensiones y cuotas sindicales, embargos recientes como el del Circuito... La espiral no tiene fin. Los denodados intentos de la regidora por poner fin a esta situación -Expediente de Regulación Temporal de Empleo incluído- no han dado sus frutos y la manifestación del pasado miércoles, con más de 2.000 trabajadores en la calle, fue todo un termómetro de la crispación de puertas para adentro en el Ayuntamiento.

De puertas para afuera no hay más que hablar de las elevadas cifras del paro, con el claro exponente de la marcha de la fábrica de botellas en el año 2009, lo que supuso el desmantelamiento de la poca industria que quedaba en la ciudad.

Además de la crisis, otro de los grandes frentes a los que ha tenido que enfrentarse el gobierno y el PSOE son sus propias luchas internas, donde la oposición ha estado a veces más dentro que fuera. Hasta dos veces han ido los ocho concejales considerados díscolos a ver al secretario provincial del PSOE, Francisco González Cabaña, para mostrarle su disconformidad con la gestión de la alcaldesa. El pulso entre Pilar Sánchez y Cabaña se ha agravado con motivo de la candidatura para el 22-M. El presidente de Diputación llegó a enviar un informe en contra de que la alcaldesa liderara la lista para las municipales. Cuando parecía que todo había acabado, durante la confección de las listas han vuelto a saltar chispas e incluso se ha intentado desbancar de nuevo a Pilar Sánchez desde un amplio sector del partido.

Por último están los frentes judiciales: el caso PTA -posibles ayudas ilegales a una empresa para comprar suelo- y la guerra de los asesores con Pacheco son los más sonados, pero también hubo otras muchas denuncias de concesionarias. La judicialización de la política es todo un hecho.