La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, posa junto a José Antonio Hernández Guerrero, Carmen Caffarel, Juan Gil y el concejal de Cultura, Antonio Castillo. :: ANTONIO VÁZQUEZ
Sociedad

Carmen Caffarel y Juan Gil recogen las distinciones Castelar y Benot

La directora del Instituto Cervantes y el catedrático de Filología Latina fueron premiados por su elocuencia retórica y rigor científico

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«Para mí, la lengua siempre ha sido el vehículo primero de la comunicación, entendida desde el sentido etimológico de la palabra, como puesta en común, como diálogo...», reconoció ayer Carmen Caffarel tras recoger su distinción Emilio Castelar a la elocuencia retórica en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. La directora del Instituto Cervantes agradeció el premio a sus colegas universitarios y se mostró «abrumada» por el halago. «Mi maestro fue mi padre, un gran comunicador», manifestó, «el me enseñó lo que sé de la lengua, junto con mis alumnos». Junto a ella, fueron distinguidos el humorista gráfico Antonio Fraguas de Pablos, 'Forges' por su eficacia comunicativa -que no pudo asistir al acto a causa de una potente gripe- y Juan Gil Fernández, catedrático de Filología Latina en la Universidad de Sevilla, que recogió el cuarto galardón Eduardo Benot al rigor científico y lingüístico.

Caffarel aseguró que se siente afortunada de capitanear un «buque insignia» del español como es el Instituto Cervantes. «Nuestra lengua y nuestra cultura son nuestro mayor tesoro». Teniendo en cuenta su dilatada experiencia como catedrática de comunicación en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y como exdirectora de RTVE, Caffarel reconocía ayer a LA VOZ que «aunque la comunicación parece fácil, es algo muy complejo». En el panorama mediático, a menudo «se confunde comunicación con propaganda o con griterío». Preguntada por la cobertura informativa que se está llevando a cabo del desastre de Japón, la experta afirmó que la «diferencia horaria» está llevando a la confusión en algunos casos. Además, la inmediatez dificulta la valoración y la reflexión sobre la información. «La información hay que contextualizarla y no se puede valorar igual a un experto que a un tertuliano», apostilló Caffarel.

No obstante, la directora del Instituto Cervantes confía en la capacidad crítica del público. «Cada uno sabe qué quiere de los medios, aunque eso no exime a los medios de su responsabilidad». «La propaganda no es tarea de los medios de comunicación».

Ausencia notable

El viñetista Forges no pudo recoger su distinción aquejado de una fiebre alta a consecuencia de una gripe, pero según el catedrático de la UCA, José Antonio Hernández Guerrero, organizador del seminario Emilio Castelar junto al grupo ERA y el Ayuntamiento, el humorista «vendrá pronto a Cádiz solo para recoger este premio». Pese a su ausencia, Hernández Guerrero glosó su figura apelando a este «certero observador de la realidad», que arranca al lector un «sentimiento de benevolencia y unas punzadas de autocrítica». Con su ingenio, Forges «azota las injusticias sociales». Es un maestro del humor de «exquisita sensibilidad», que domina recursos como la ironía, la hipérbole, la paradoja o la parodia.

La sonrisa que provocan sus dibujos hace al lector «sintonizar con su desacuerdo ante una realidad dolorosa e injusta», reconocía ayer José Antonio Hernández Guerrero en su discurso.

Por último, Juan Gil recogió su galardón y pronunció unas cálidas palabras en las que se refirió a sus discípulos universitarios en toda Andalucía. «Este premio revierte sobre ellos, no sobre mí. Todos están conmigo aquí». Con este homenaje, el Ayuntamiento de Cádiz ha querido destacar su labor investigadora en el campo de la Filología clásica y de la Historia, «por su importante contribución a la crítica textual y a la formación de una de las más sólidas escuelas de investigación en España sobre el latín humanístico», tal y como reconoció ayer en el acto la portavoz del jurado, Fátima Coca. Juan Gil Fernández es también Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid.

Coca agradeció a todos los académicos del jurado su participación una vez más y alabó la labor de Caffarel al frente de la institución que capitanea, la «agudeza» de Forges a la hora de captar «de forma incisiva» la realidad española y el trabajo en el campo de la investigación de Gil. Por su parte, Hernández Guerrero afirmó que Caffarel vive su profesión de filóloga lingüística y comunicadora con «vocación, maestría y generosidad».