Habrá menos dinero para casi todo

No es ninguna primicia. Lo dijo la pasada semana la consejera de Hacienda. Serán a la baja, explicó sin dar más detalles. El Gobierno tendrá que hacer encajes de bolillos para no provocar más descontentos de los que ya cosecha con el ajuste aplicado al presupuesto de 2010. Prácticamente tiene a casi todos los sectores representativos en contra, sindicatos, empresarios, funcionarios y empleados públicos y los partidos adversarios. Habrá menos dinero, pero el que haya deberá repartirse con mucho tiento y no pocos condicionantes.

Griñán ya ha adelantado que habrá guiños hacia los sindicatos. Estos reclaman planes especiales para dar empleo a los jóvenes, lo mismo que la oposición. Al Gobierno andaluz le urge volver a la paz social en un año de elecciones.

Otro condicionante sigue siendo el déficit. No habrá más posibilidad de endeudamiento, pese a las peticiones. La advertencia del gobernador del Banco de España, que tan mal sentó a Griñán, no va a caer en saco roto. Andalucía cumplirá con el plan de estabilidad.

No caben muchas sorpresas respecto a la filosofía que ha adoptado Madrid. Se primarán las políticas sociales. En cuanto a las inversiones, Griñán ya lo avisó en la entrevista concedida a este periódico el pasado junio. Lo que se ha empezado se terminará, especialmente los proyectos de ferrocarriles, lo que no, se retrasará. La incógnita es cómo y en qué medida, y si se incluirán los recortes anotados en el documento para el ajuste aprobado por el Consejo de Política Fiscal y que Javier Arenas ha aireado durante los últimos meses.