Los caballos fueron los protagonistas de la jornada de ayer del recinto ferial. :: C. C.
SAN FERNANDO

Una Feria que ha visto la evolución isleña

La asociación hípica de La Isla vuelve a llenar el recinto de caballos en el día del Carmen, en el que los isleños se vuelcan con su patrona Desde que era velada en el siglo XVIII hasta llegar a la Magdalena, la fiesta ha sentido los cambios de la ciudad

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Tras la resaca del día de la mujer y los preparativos para vivir su noche más larga, la jornada de ayer de la Feria del Carmen y de la Sal destacó por el asalto al recinto por parte de la asociación hípica de La Isla. Cada año son más los jinetes y amazonas que deciden acercarse al recinto de la Magdalena y transformar el ambiente reinante en el lugar en el que el caballo cobra especial protagonismo.

Incluso el colectivo se ha visto en la obligación de montar, por primera vez, una caseta para recibir a sus socios, debido a que a esas horas la mayoría de estructuras tienen sus puertas cerradas. Aún así la iniciativa ya se ha asentado en la programación de la Feria y lo ha hecho con buena acogida, alargando la imagen que se ofrece durante el día de la mujer.

Aún así, parece muy complicado que los isleños vivan la Feria de día. Y eso que ayer por la festividad de la Virgen del Carmen varias casetas aprovecharon para proponer nuevas ofertas gastronómicas y degustaciones en honor a la patrona de la ciudad, imagen que da sentido a la fiesta. «Falta iniciativa por parte de los colectivos que deben realizar un esfuerzo y tentar a las personas a venir al recinto y no que parece todo desierto con las puertas cerradas», afirmó José Antonio Domínguez, un visitante de Toledo con familia en San Fernando y que ha venido para vivir la Feria. Domínguez se refiere a la imagen desoladora de las casetas cerradas. «Es una feria atípica porque hay más casetas de corte discoteca que familiares y eso llama la atención», concluyó.

Una fiesta con historia

Sin embargo, eso no quiere decir que la de San Fernando no sea una fiesta con historia, sino que al estar más metida en verano que el resto de ferias de la Bahía tiene otras particularidades. La Feria del Carmen y de la Sal, nace con la velada de Nuestra Señora del Carmen, que se celebra desde el siglo XVIII, antes incluso de 1788. Su ubicación original era en las inmediaciones de la Iglesia del Carmen, pero en 1821 esta particular romería de devoción comenzó a contar con atracciones. Ante su crecimiento se trasladó a la plaza del Rey y posteriormente se extendió a la Alameda Moreno de Guerra. Entonces la duración de los festejos eran de mes y medio. Mucho ha llovido desde entonces y la Feria ha sufrido múltiples transformaciones hasta llegar al recinto de la Magdalena. Desde allí lleva más de 25 años contemplando la transformación de la ciudad y en especial este año en que la peatonalización de la calle Real se ha convertido en la gran obra de progreso para La Isla. De hecho, se espera que el tranvía revitalice con ciudadanos de la Bahía la celebración, ante la facilidad que ofreceré le nuevo medio de transporte para llegar hasta el recinto procedentes de puntos más alejados como Cádiz o Chiclana.

Ayer el recinto mejoró su imagen respecto al resto de jornadas aunque se aprecia con respecto a otros años que las familias llegan más tarde y se van antes. Aún así los isleños respondieron en el día que da sentido a la celebración y por las calles, especialmente la de las atracciones, era ya complicado transitar.

Y hoy se espera que sea peor ya que la Feria se prepara para su día grande, aquél en el que habitualmente suele acoger al resto de gaditanos de la Bahía. La noche más larga dentro de la Magdalena que tendrá en su paseo el lugar de mayor concentración.

Dos toros de Marcos Núñez, el primero encastado y repetidor y más parado el cuarto. Y cuatro novillos de Gavira, desiguales de presencia y juego.