PAN Y CIRCO

EQUIPO

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El partido de Tarragona me ha recordado y mucho a aquellos encuentros del Cádiz del ascenso a Primera, también con el charrúa como entrenador. Aquellos partidos ante el Alavés o el Celta de Vigo donde un gran bloque, sin apenas fisuras, era capaz de ganar a domicilio y además de manera holgada. Fueron aquellos partidos claves para el ascenso, al igual que el de ayer lo es para la permanencia. Casi que no tuvo ocasiones claras el equipo tarraconense, por méritos del rival (el Cádiz) más que por demeritos propios. El equipo amarillo se mostró como un bloque imposible de superar y es que los jugadores catalanes se veían incapaces de atravesar el entramado defensivo cadista y a veces optaron hasta por el fútbol directo como única alternativa al buen planteamiento gaditano. Y destaco, tanto en el título como en el interior de esta columna, con palabras como equipo o bloque, porque así funcionó nuestro equipo ayer. Todos ayudaban en defensa a la hora de defender y de la misma manera a la hora de atacar. Es difícil destacar a uno solo de los jugadores cadistas en el día de ayer, porque hasta los que no empezaron bien, como es el caso de Enrique, se fueron entonando en la segunda mitad y se convirtieron, como por ejemplo en el caso del extremeño, en pieza clave al dar esa asistencia de gol a Tristán. Hablando de Diego, otro gran partido del sevillano, y trabajando a tope sin esconderse en ningún momento, más bien todo lo contrario. Y aunque insisto que destacar sólo a algunos sería injusto, no quiero dejar pasar la oportunidad de mencionar también a Jaume Costa. Otra vez sublime. Cómo ha crecido, o cómo le han dejado crecer a este jugador en el tramo final, futbolisticamente hablando. El objetivo más cerca, pero hay que seguir todavía peleando. Aun falta un poco, pero Espárrago va camino de conseguir otra medalla para colgársela en el pecho y unirla a las ya conseguidas con este equipo en el pasado. Y punto