EL LABERINTO

Incógnitas

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Alguien comentó que, con la crisis económica, un resfriado en España tendría consecuencias mucho más catastróficas que una neumonía en Grecia. Curiosamente, la misma semana en la que el BOE publicaba el acuerdo para prestar 80.000.000.000 euros a Grecia, de los que España pone 9.794.387.452,71, el presidente Zapatero anunciaba las medidas ya conocidas por todos. El ambiente está caldeado y las incógnitas, servidas. Al ya crónico enfado de los casi cinco millones de parados, se suma el malestar generalizado de los funcionarios, muchos de ellos mileuristas, y el de los pensionistas que van a ver congelados sus ingresos. Dice el Fondo Monetario Internacional que los ajustes deben mejorar la credibilidad de nuestro país. Y aquí empiezan las incógnitas. ¿Las medidas tomadas van a aumentar esa credibilidad?, ¿cómo afectará la pérdida de poder adquisitivo de un sector importante de la población?, ¿se van a analizar los resultados sobre las familias y las pequeñas y medianas empresas del millonario plan para incrementar la fortaleza y solvencia de las entidades bancarias?, ¿la reducción de salarios va a extenderse a esas estructuras, paralelas a la Administración, que son las empresas públicas?, ¿se van a dejar vacantes las convocatorias de puestos de libre designación, nivel 30, publicadas en los últimos BOEs?, ¿las medidas que se van a tomar en próximas fechas van a generar confianza e incrementarán las inversiones y el empleo?

Sabemos que las inversiones públicas se van a reducir, pero ¿cuáles y dónde? ¿Veremos la llegada del AVE, el puente terminado y el hospital construido en los plazos previstos?. Aunque, en el caso de Andalucía, el posible retraso en las inversiones públicas tampoco es necesario tomárselo a la tremeda. Al fin y al cabo, durante los ejercicios 2008 y 2009, la ejecución de las inversiones fue de 2.300 millones menos de lo previsto, aunque el gasto corriente ejecutado se incrementó en más de 3.000 millones. ¿Se va actuar sobre este último capítulo? En definitiva, incógnitas por todos lados. El Ministro de Fomento, durante su intervención en un programa de máxima audiencia, solo resolvió una duda. El gobierno tiene clarísimo que las elecciones serán en el 2012. No debería extrañarnos esa afirmación. Porque si no es así ¿de que otra manera podría cumplir su programa electoral?