ESPAÑA

La corrupción sí pasa factura al PP

La última encuesta del CIS sitúa a Rajoy a sólo 1,5 puntos de Zapatero en intención de votoEl 62,1% de los votantes populares considera que el partido está «implicado en muchos casos» que comprometen su honra

MADRID. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy ya no puede confiar en que la crisis económica pueda con todo y le lleve en volandas hacia la victoria electoral. El líder de la oposición conoció ayer que la ventaja que hasta ahora otorgaban a su partido los sondeos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se ha consumido de manera notable. En tres meses, ha pasado de superar al PSOE en casi cuatro puntos a sacarle únicamente 1,5. De haber habido legislativas entre el 6 y el 14 de abril el PP se habría alzado con el 39,5% de los votos, frente al 38% de la formación que encabeza José Luis Rodríguez Zapatero.

Lo más preocupante para los populares es que en ningún caso cabe pensar que semejantes cifras sean flor de un día. Al contrario. Con su último estudio, el instituto de opinión ha venido a confirmar una tendencia. En octubre de 2009, el PP llegó a tener una intención de voto del 41% que en enero ya se había reducido hasta el 40%. Ahora es medio punto inferior.

El PSOE se mueve en otros parámetros. Su peor pronóstico, hasta la fecha, fue el del pasado enero, con un 36,2% (es decir, siete puntos y medio por debajo del resultado de las generales, que fue del 43,7%).

El recorte coincide con una semana crucial. Durante los días en los que se realizó la encuesta se levantó el secreto del sumario del 'caso Gürtel' con datos comprometedores para el tesorero del PP e informes policiales que apuntaban a una financiación irregular del partido en Valencia. No fue, en cambio, mal momento para el Gobierno: se conocieron datos positivos sobre consumo y se aprobó un paquete de medidas económicas pactadas con los grupos parlamentarios, aunque también se supo de un nefasto dato del paro (4,17 millones de desempleados) y del rechazo de los sindicatos a su propuesta de reforma laboral.

El caso es que, como lluvia fina, y contra el pronóstico del 'gurú' de las encuestas del PP, Pedro Arriola, los supuestos casos de corrupción empiezan a calar en el ánimo de los votantes. El pasado 29 de abril, el partido opositor aprovechó un encuentro con sus líderes provinciales en Zaragoza para presentar un informe en el que aseguraba que la afluencia de datos comprometedores y el hecho de que la honradez de destacados dirigentes esté en tela de juicio no tendrían coste electoral alguno. Descansaba además en que el PP es el partido con mayor fidelidad de voto de todos los del arco parlamentario. El CIS obliga a revisar esa confianza.

Fuga de votos

Es cierto que nadie tiene unos electores tan fieles como la formación que preside Rajoy, pero también lo es que en los últimos tiempos se le ha abierto una fuga. Si en enero el 81,8% de ellos aseguraba que volvería a votar a los conservadores, ahora la cifra ha disminuido hasta el 74,1%, es decir, es casi ocho puntos menos. El PSOE, en cambio, se mantiene en un rango similar al de enero: el 61,2% de sus electores sostiene que votará de nuevo estas siglas (hace tres meses quienes así pensaban llegaba al 61,7%).

Que el 'caso Gürtel' tiene algo que ver con esta caída parece claro. El PP se quejó, de hecho, de que el CIS hiciera coincidir el estudio de campo con el levantamiento del sumario. Aunque las fechas escogidas no tienen nada de inhabitual -como se preocupó de remarcar en un comunicado la institución- su impacto puede leerse en datos como que el 62,1% de los votantes de Rajoy considera que su partido «está implicado en muchos casos de corrupción».

Pero hay otro elemento que también pasa factura a la primera fuerza de la oposición y son las disputas internas. Los escarceos dela presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, con el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón y los 'tiras y aflojas' de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, con el PP valenciano han terminado teniendo un coste. Más de la mitad de los simpatizantes de esta formación, el 51,8%, lo define como un partido «dividido y con conflictos».

A su favor, los populares cuentan con un único elemento: una mayoría de los ciudadanos cree que tiene más gente «suficientemente preparada para gobernar» que el PSOE (29,6% frente a 28,2%). En cambio, son más quienes creen que es el partido del Gobierno el que más se preocupa por los asuntos que realmente interesan a los españoles (33,1% frente al 23%)

Tampoco, claro, es que Zapatero pueda echar las campanas al vuelo. Al margen de que los datos del CIS corresponden al mes pasado y no permiten, por tanto, evaluar el ánimo con el que los electores han acogido los últimos vaivenes de la Bolsa, ofrecen motivos por los que preocuparse. Su Gobierno es el peor valorado de la democracia en los registros publicados del instituto demoscópico. El 52,2% de los ciudadanos y casi un cuarto de los votantes del PSOE califican su gestión de mala o muy mala.

Y esta vez tiene difícil apoyarse en la izquierda, como hizo en las elecciones de 2008. Los votantes de Izquierda Unida tampoco se muestran en absoluto satisfechos por su modo de gobernar. El 44,6% dice que lo hace mal o muy mal. Además, el 68% afirma que, personalemnte, el jefe del Ejecutivo inspira «poca o ninguna» confianza.