Editorial

Imprescindible sintonía

Zapatero y Rajoy deben acortar la distancia que les separa en materia económica

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El encuentro que mañana mantendrán en la Moncloa el presidente Rodríguez Zapatero y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, se ha convertido en noticia por su carácter excepcional. El presidente ha emplazado a menudo al PP a arrimar el hombro en materia económica, pero sin someter su tardía y limitada acción de gobierno a una discusión previa con dicha formación. Por su parte, Rajoy ha insistido en la necesidad de una política distinta en lo económico, pero sin comprometerse en compartir responsabilidades. Tanto la agenda de temas propuesta por el presidente -el rescate de Grecia y la reestructuración del sistema financiero- como la renuencia mostrada por Rajoy a ampliar el orden del día hacen temer que los resultados de la reunión sean exiguos o lo suficientemente ambiguos como para que Gobierno y Partido Popular continúen manteniéndose a distancia en un momento tan crucial. De hecho nada resultaría más descorazonador que comprobar que la cita de mañana en la Moncloa constituye una iniciativa táctica del presidente para simular que está abierto a consensuar las medidas que vaya adoptando el Gobierno, sin garantías de que lo vaya a hacer. Claro que ello sería verdaderamente criticable siempre que el presidente del Partido Popular dé claras muestras de su disposición a acordar una respuesta compartida a los efectos de la crisis. Si el PP considera que la agenda de la intervención gubernamental sobre la economía debe contemplar el ajuste de las cuentas públicas, la reforma del mercado laboral y la reordenación del sistema financiero, Rajoy haría bien en planteárselo así al presidente Rodríguez Zapatero. Y si éste pretende compartir responsabilidades con el primer partido de la oposición, no debería limitar las cuestiones a la convalidación parlamentaria de la aportación de 9.792 millones de euros para cubrir la deuda griega y a un simple cambio de impresiones sobre la situación de las cajas de ahorro. Es lógico que las demás fuerzas parlamentarias reclamen participar en el diálogo con el Gobierno; pero todas ellas deben entender que los consensos que urgen a la economía española, tanto para su recuperación como respecto a su credibilidad exterior, dependen políticamente de la sintonía entre el Ejecutivo y el Partido Popular.