Los racinguistas Carlos Peces y Abel Calatayud no pudieron evitar un nuevo tropiezo del Portuense en el estadio José del Cuvillo. :: Ó. CH.
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La amenaza del descenso es real

Migue y Raúl Amarilla certifican la permanencia del Cádiz B en Tercera y dejan al Racing, negado en la segunda vuelta de la Liga, a un paso del pozo Otro tropiezo casero del Portuense coloca a los racinguistas al borde del abismo

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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La sombra del descenso se alarga considerablemente sobre el José del Cuvillo. Y es que, tras una nueva derrota en su propio feudo, el Portuense sólo mantiene tres puntos de distancia sobre el Murallas de Ceuta, escuadra que, con un partido menos que los racinguistas, busca salir de la zona de peligro. Además, y por si fuera poco, el Atlético Sanluqueño, que también cuenta con un encuentro menos, doblegó el sábado en El Palmar a la Balona (2-0) y ya supera en la tabla a los de El Puerto.

Por su parte, el Cádiz B se consolida como equipo de Tercera División una temporada más tras vencer en el coliseo rojiblanco. Eso sí, el triunfo de los hombres de Ángel Oliva no fue fruto de la casualidad, ya que los gaditanos mostraron su oficio en el césped artificial del José del Cuvillo a lo largo y ancho de la tarde de ayer.

Expulsión determinante

Pese a las bajas con las que contaba el filial amarillo, las dos partes estuvieron realmente niveladas. Pese a que el juego hilvanado fue escaso, las oportunidades de gol no faltaron en el encuentro de ayer. De hecho, los locales lo intentaban a balón parado, pero fue el Cádiz B el que se adelantó en el marcador.

Corría el minuto 34 del primer tiempo cuando Juanca tuvo que agarrar a Rubén Pérez en la media luna del área grande. La falta dejó al Racing con diez y, por si fuera poco, Migue, que también estrelló dos balones en los palos, desnivelaba la contienda en el lanzamiento de la falta. Todo se ponía de cara para el filial.

Con un hombre menos sobre el campo, Manzano quiso recomponer el equipo sacando a Mere del terreno de juego para dar entrada al punta Villalustre. Sin embargo, los cambios no surtieron el efecto deseado y, pese a contar con ocasiones para empatar la contienda, el Portuense recibió un duro varapalo a tres minutos del final. Fue entonces cuando Amarilla deshizo todas las ilusiones locales.