La peor crisis institucional poscomunista

Polonia se ha quedado sin cabeza institucional tras la muerte del presidente Lech Kaczynski y los responsables de importantes instituciones legislativas, militares, económicas, eclesiásticas y cívicas. Es la tragedia política más terrible que ha vivido el país centroeuropeo en las últimas décadas tras haber sufrido una historia especialmente dolorosa y repleta de invasiones y dominios imperiales, guerras y opresión totalitaria en los últimos siglos. Los polacos están consternados.

Aunque los poderes ejecutivos del presidente son limitados y sus funciones son básicamente honoríficas, el quehacer institucional ha quedado muy tocado. El ex presidente de la república Aleksander Kwasniewski recalcó que a pesar de esta enorme tragedia «Polonia tiene que reaccionar». El primer ministro, Donald Tusk, aseguró que «el Estado va a seguir funcionando».

En el siniestro fallecieron, además del jefe del Estado y su esposa, personalidades tan importantes como el responsable del Banco Central, Slawomir Skrzypek; el viceministro de Asuntos Exteriores, Andrzej Kremer; los vicepresidentes de la Cámara Baja y del Senado y varios parlamentarios, además de los principales altos mandos de las Fuerzas Armadas: el general Franciszek Gagor, jefe del Estado Mayor de la Defensa; Bronislaw Kwiatkowski, al mando de las Fuerzas Operativas; Tadeusz Buk, jefe del Ejército de Tierra; Andrzej Blasik, jefe de la Fuerza Aérea, y el vicealmirante Andrzej Karweta, jefe de la Armada. El Gobierno, el Parlamento, las Fuerzas Armadas y otras instituciones del país se reunieron con urgencia para hacer frente a la crisis y evitar el vacío y el caos.

Candidato

Bronislaw Komorowski, actual presidente del Sejm (Parlamento) -un político de 57 años elegido recientemente candidato a la presidencia de la república por la Plataforma Cívica (PO), la formación que lidera Tusk-, asumirá las funciones de jefe del Estado hasta que se acuda a las urnas anticipadas, probablemente a finales de junio, según anunció el portavoz del Ejecutivo polaco, Pawel Gras.

De acuerdo con la Constitución, los comicios tienen que convocarse en menos de dos semanas y deberán celebrarse en un período máximo de dos meses tras el anuncio oficial. Se da la circunstancia de que Lech Kaczynski era candidato a la reelección por el conservador partido Ley y Justicia (PiS). «Frente a esta tragedia tenemos que estar todos juntos. Aquí no hay ni derecha ni izquierda, no hay diferencias ni divisiones. Todos juntos tenemos que expresar nuestros sentimientos de compasión hacia las familias de las personas que han muerto», dijo Komorowski. «Polonia tiene que reaccionar unida para hacer frente a esta tragedia», destacó Tusk.