Viernes Santo, un broche de oro para acabar con la Resurrección
Cinco cofradías hacen hoy su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral con la tranquilidad de que se mantienen unas previsiones meteorológicas envidiables
Actualizado: GuardarMadrugá de frío intenso, de las de abrigo y café en la mañana de la Esperanza. Madrugá gélida que ha dejado paso a un Viernes Santo radiante, con el cielo totalmente despejado y con cinco grandísimas cofradías por disfrutar en el último día de la Semana Santa, al menos hasta que José Mazuelos no disponga lo contrario permitiendo un Sábado Santo que cada vez añora más Jerez.
Cristo de la Expiración y Soledad ponen la alegría, el corte clásico de cofradía en una jornada que se completa con las personalísimas interpretaciones que Loreto y Viñas hacen de sus respectivas estaciones de penitencia, una de rigurosa penitencia, otra de alegría desbordante. Y por último, la Piedad, siempre Ella, envuelta en su Duelo, en esa joya de la Semana Santa que nunca debe perder la hermandad. Un día grande para terminar la Semana Santa. El Viernes Santo.
Las Viñas Cofradía de barrio
Ser de la hermandad de las Viñas es entender a la perfección que el corazón rebosa de alegría cuando la estación de penitencia comienza. Un ejemplo de cofradía de barrio.
Loreto Rigurosa penitencia
La hermandad de Loreto sigue dando pasos buscando su propio destino. Este año estrena conjunto de saya y manto para la titular mariana de la cofradía. Una joya.
El Cristo Jerez en estado puro
Para comprender la grandeza del Viernes Santo jerezano hay que asomarse a la Ermita de San Telmo a las cuatro y media de la tarde y disfrutar con la salida de la hermandad del Cristo de la Expiración.
La Soledad La elegancia
Presume la Soledad de tener el misterio más monumental de la Semana Santa de Andalucía y una de las dolorosas más importantes de la región. Y puede hacerlo sin problemas, porque la Soledad es, sencillamente, eterna.
La Piedad El Duelo de María
Siempre se ha conocido en la ciudad a esta cofradía como la Piedad, salvo en la década de los noventa, cuando se comenzó a llamar a todas las hermandades por el nombre del titular cristífero. Pero desde que le devolvieron el esplendor al Duelo de María, nadie se atreve a no llamar a la corporación por su nombre. La Piedad.
