El delegado provincial del SUP, Francisco Camacho (con gafas), compareció ayer junto a unos compañeros y un representante vecinal. :: C. O.
Jerez

La policía tarda hasta doce minutos en responder a una llamada ciudadana

El Sindicato Unificado fija en tres minutos el tiempo ideal de reacción y culpa de la asistencia deficitaria a la falta generalizada de medios

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Doce minutos pueden ser cruciales cuando se trata de la seguridad de los ciudadanos, y eso es lo que tarda la Policía Nacional en reaccionar ante un aviso de emergencia. Un tiempo de espera que se convierte en una eternidad y que debería estar fijado en un máximo de tres minutos, como ocurre en otras comisarías como la de Cádiz, si la de Jerez contara con los medios adecuados.

Éstas y muchas otras son las consideraciones del Sindicato Unificado de Policía, cuyos representantes realizaron ayer una comparecencia pública para denunciar lo que es de sobra conocido: los medios materiales y humanos con los que cuentan las dependencias policiales no se ajustan a las necesidades reales de la población en materia de seguridad.

Un ejemplo claro de ello es la tardanza en la respuesta mencionada anteriormente y resulta especialmente llamativo el caso gaditano, donde como aseguran los agentes la Comisaría cuenta con exactamente los mismos vehículos que en Jerez, con la diferencia de que el volumen poblacional que aquí se atiende es mucho más amplio.

Los grandes perjudicados

Un problema de enjundia que acaban pagando y que sufren en sus carnes los ciudadanos, como le ocurrió a una joven el pasado domingo cuando fue agredida y al llamar al 091 le dijeron que sólo había en la calle una patrulla y que no podía acudir a socorrerla. Como este caso habrá cientos, y todos comparten un idéntico origen: la Comisaría dispone actualmente de sólo tres vehículos y una dotación de 270 funcionarios, cuando el catálogo de puestos de trabajo exige un mínimo de 301.

En lo que respecta a los vehículos, cabe recordar que en febrero se estropearon cuatro de los cinco zetas que estaban operativos, por lo que a principios de marzo llegaron dos procedentes de Madrid como refuerzo y de forma provisional. Ahora mismo, por tanto, se cuenta con tres radiopatrullas apoyados por una vieja furgoneta y un vehículo inutilizado al no tener mampara que en ningún caso pueden prestar una asistencia eficaz.

El problema de los vehículos no se reduce al área de Seguridad Ciudadana, como apuntaron desde el SUP, ya que de la docena de grupos existentes que necesitan coches camuflados, una tercera parte tampoco puede utilizarlos al encontrarse estropeados. «Es una situación penosa -lamentaron-, estar sin vehículos es el caos más absoluto». Algo que también se ha extendido a la dotación policial que presta sus servicios en el aeropuerto, y que se ha llevado un mes sin ningún tipo de transporte en el que trasladar a los detenidos.

La dotación humana es otro de los caballos de batalla más antiguos del Cuerpo, pues el aumento poblacional no ha ido de la mano de un incremento de la plantilla. Según el catálogo de puestos de trabajo, haría falta como mínimo una treintena más de agentes, algo que para el SUP se quedaría incluso insuficiente. Como dato a resaltar en este sentido mencionaron el número de efectivos destinados al servicio motorizado de la calle Larga, que ha pasado de 20 en el año 2008 a sólo siete en la actualidad.

«La plantilla ha demostrado que con tantas carencias se ha hecho un trabajo impresionante -subrayó el delegado provincial del SUP, Francisco Camacho-. Queremos que el ciudadano se entere de los medios que tenemos y que a veces hacemos maravillas con ellos». Ante esto, los funcionarios estarán a la expectativa y no descartan movilizarse en un futuro si la situación deficitaria no mejora.