Épica

Menos mal que, cuando ya ha transcurrido más de la mitad de la temporada, el equipo amarillo ha llegado a la conclusión de que, en esta División de Plata y con estos mimbres, no tiene más remedio que cambiar de modelo estratégico y táctico, y menos mal que ha decidido prescindir de la lírica para dedicarse a la épica. En esta situación sería una ingenuidad que los miembros de la actual plantilla pretendieran repetir, por ejemplo, los cortes defensivos de Blandino, la fantasía juvenil con la que Manolín Bueno dibujaba jugadas inverosímiles, la lujosa creatividad de Jorge González 'Mágico', la exquisita habilidad para jugar sin balón de Joaquín Sierra 'Quino', la 'jondura' de los quiebros de Diego el de Margara, los diseños con tiralíneas que esbozaba Francisco Narváez 'Kiko', la medida exacta de los pases de Pepe Mejías, las sutiles penetraciones de Mosquera, los cambios de ritmo de Carvallo, el temple y la visión de Enrique Montero, la sobria elegancia de los cruces de Carmelo, los etéreos vuelos de 'Superpaco' o la exacta precisión de los driblings de Matías Pavoni. En la actualidad es imprescindible que los fisioterapeutas y los demás técnicos preparen los músculos de los futbolistas -los de las piernas y los de la mente- para que aguanten la dureza de los partidos que se avecinan, y también es necesario que los aficionados dispongamos nuestro ánimo con el fin de resistir con serenidad las decepciones y de sobrellevar con temple las desilusiones, sin perder el control de los nervios y, sobre todo, sin enfadarnos demasiado. Por eso valoramos positivamente las acertadas declaraciones de los miembros de la plantilla -antiguos y nuevos- en las que, en vez de prometer goles y de asegurar triunfos, han manifestado su firme decisión de «trabajar sin descanso», de «luchar hasta la extenuación», de «sacrificarse», de «pelear», de «sufrir» y de «dejarse la piel el campo». Esperemos que, al final de la temporada, se examine con rigor la situación y que se extraigan las oportunas conclusiones.