Un joven apuñalado se sentará en el banquillo con su presunto agresor

El 8 de mayo de 2008 se convirtió en una noche fatídica para Néstor G. R, un joven que por aquel entonces tenía 20 años y que fue apuñalado en la calle San Cayetano, en un suceso sobre el que trascendieron numerosas versiones y que en breve se dirimirá en los juzgados, el próximo 8 de marzo. En un principio, todo apuntaba a que la víctima, que estaba acompañada por una amiga embarazada en el momento de los hechos, había participado en una pelea originada por motivos pasionales y en la que resultó herida a manos de Alejandro L. D.

Con posterioridad, el joven declaró que no conocía a su agresor y que éste les abordó en plena calle, prácticamente sin motivo aparente, algo que incluso fue corroborado por un testigo. Ahora, sin embargo, el fiscal no sólo confirma la versión inicial, sino que imputa a todos los que de alguna u otra forma tomaron parte en la reyerta, incluida la pareja perjudicada.

En el escrito de calificaciones, al que este periódico ha tenido acceso, el Ministerio cuenta cómo la chica, Eva V. M, junto a un amigo llamado Jesús M. P. inició una discusión con el principal acusado, al que abordaron en el portal de su edificio. Entonces se inició una fuerte disputa y la joven, siempre según la Fiscalía, llamó al apuñalado, que se presentó en el lugar con una barra extensible.

Violenta disputa

Entonces se inició una reyerta, «sin que conste quién empezó primero», y Alejandro sufrió una contusión en el pómulo derecho, tras lo que agredió presuntamente a Néstor con un cuchillo, justo en el momento en que el chico levantó el brazo, causándole diversas heridas en el antebrazo que tardaron 80 días en curar, 30 de los cuales estuvo impedido para desarrollar su trabajo habitual.

Asimismo, el fiscal apostilla que el principal acusado también golpeó a la joven en el vientre amenazándola con el arma blanca. Por todos estos hechos, el Ministerio ha imputado a Eva V. M. y Jesús M. P. por una falta de amenazas, mientras que para Néstor pide dos meses de multa por una falta de lesiones y para Alejandro tres años de cárcel por un delito de lesiones.

La acusación particular que representa al chico apuñalado y a la joven embarazada, como era de esperar, hace otra interpretación de los hechos. Aunque no entra en profundidades sobre el origen de la disputa o si se conocían o no, pedirá para Alejandro una falta de lesiones y un delito de amenazas contra la joven, con la pena de dos años de prisión, más cinco años por homicidio en grado de tentativa contra su defendido, entendiendo que si éste no hubiera interpuesto el brazo le habría causado heridas mortales.

La Audiencia provincial acogerá el 8 de marzo el juicio, en el que los cuatro involucrados tendrán que verse las caras y aportarán su particular versión de lo ocurrido.