«La crisis económica nunca afectará a la calidad de la oferta cultural»

Economista y propietario de una zapatería, el edil de Fiestas y Cultura aprovecha sus ratos libres para dirigir una coral polifónica. Sus principales retos, recuperar definitivamente el Carnaval, reestructurar la Feria y mantener el nivel de calidad de la oferta cultural de El Puerto.

-Hace dos años dijo que el Carnaval estaba en la UCI, y después que había pasado a planta. ¿Dónde le gustaría verlo en la edición que viene?

-Pues en las calles de la ciudad, suelto. este año ha sido de rehabilitación, pero hay que seguir apoyándolo. En los años 80 hubo un importante auge y El Puerto siempre ha sido muy carnavalero, con muy buenas comparsas. Pero por diversas circunstancias, como la gestión de anteriores gobiernos, se ha venido a menos. Aunque el esfuerzo económico y humano está dando sus frutos y hay que intentar lograr un Carnaval del siglo XXI, no podemos pretender que sea igual al de los 80, ni un calco al de Cádiz.

-Al igual que las hermandades, también estará preocupado por las obras...

-Evidentemente. El Consejo de Hermandades ha pedido una relación de las calles que podrían estar cortadas, y desde Mantenimiento Urbano nos han comunicado que en principio no tendría que haber ninguna. Ni siquiera la calle Pagador. Y eso es algo que me alegra mucho, no sólo por la Semana Santa, sino por la ciudad en general. De todos modos, existe una gran preocupación por parte de las hermandades, por los itinerarios, pero existe el compromiso de que las obras estén concluidas para esa fecha y esperamos que así sea, a pesar de las lluvias.

-¿Es El Puerto más cofrade que carnavalero?

-Las hermandades en sí mueven a mucha más gente que las agrupaciones de Carnaval. Pero yo pienso que El Puerto es feriante antes que nada.

-¿Y qué novedades se prevén?

-La Feria tiene un número de casetas importante y lo que necesita ahora es un plan de reordenación del recinto. La Feria está muy mal distribuida. No puede ser que al lado de casetas se encuentren puestos de hamburguesas, helados. Debe existir una diferenciación entre el recinto de las casetas, el parque de atracciones, y una zona de transición con los puestos ambulantes. Existe un proyecto bueno, pero con un coste importante, y la situación económica no es la más adecuada. La Feria de El Puerto tiene mucho atractivo, pero es muy mejorable.

-La sala de estudios de la biblioteca Alfonso X tiene problemas a consecuencia de las lluvias...

-Se van a efectuar reparaciones con cargo a los fondos FEIL y entretanto se abrirán otras dos salas en el instituto Santo Domingo y en el colegio San Agustín. La sala de préstamos y de lectura también se han visto afectada, aunque en menor grado, y también estamos a la espera de que comiencen las obras.

-¿No es poco una sola biblioteca para El Puerto?

-Tenemos previsto abrir dos más: una en la Casa de la Cultura de la Zona Sur y otra en el centro cívico de la Zona Norte. También tenemos en proyecto otra para la Costa Oeste. En total cuatro, que era el compromiso político en el famoso pacto de Independientes Portuenses y PSOE y que se quedó en papel mojado.

-¿Cómo es la relación con las instituciones culturales de la ciudad como la Fundación Rafael Alberti?

-La relación es muy buena, el Ayuntamiento forma parte del patronato de esta fundación, y de la de Luis Goytisolo y Pedro Muñoz Seca. Por tanto, la implicación es de lleno. Pero la situación de crisis también repercute en esto, todos tenemos que apretarnos el cinturón.

-¿Entonces eso afectará a la oferta cultural?

-No, eso siempre lo he tenido muy claro. A pesar del recorte presupuestario nunca debe mermar la programación de teatro. El Muñoz Seca forma una gran triada con el Villamaría, más centrado en los conciertos, y el Falla, con la danza y el flamenco. En diez o quince minutos, cualquier ciudadano de la Bahía puede acceder a esta oferta de espectáculos. No podemos dejar de apostar por eso, y nuestro punto fuerte es el teatro, porque en El Puerto ya existía una demanda importante. En nuestra ciudad, más del ochenta por ciento de espectáculos agotan sus localidades. Y si nos recortan el presupuesto, reduciremos el número de espectáculos, pero nunca su calidad, porque eso reducirá la asistencia de público, que en este género suele ser muy exigente.