El techo de palio de la Soledad, en color amatista, es uno de los más personales de la Semana Santa jerezana y ha recuperado todo su esplendor. :: CRISTÓBAL
Jerez

La Soledad ya tiene nuevo techo

Fernando Calderón entregó la pieza de bordado a la cofradía una vez restaurada con éxito

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Sin duda, las cofradías se han dado cuenta. Ya no se puede decir con la boca pequeña como antes, cuando afirmábamos con miedo que las cofradías hacían lo que podían a la hora de conservar su patrimonio. Las recientes restauraciones de paso de misterio de la Sagrada Cena o del Túnico de las Avefrías, el actual proceso de restauración que está sufriendo el paso del Señor de las Cinco Llagas a cargo de la empresa Ressur, o las ya algo más lejanas del manto de la Encarnación, del techo de palio del Valle o del de la Paz en su Mayor Aflicción, confirman que las cofradías han dado un paso al frente, y han apostado por conservar su patrimonio antes que por engrandecerlo.

Sin duda, una medida acertada para las cofradías consolidadas, que deja el campo de la creación abierto a cofradías como la del Soberano Poder o el Consuelo, que han finalizado sus pasos de misterio, o la Clemencia, que busca financiación para acometer la ejecución de su paso de palio. Las grandes, a conservar lo que ya tienen, que no es poco, y las que nacen ahora, a buscar la misma gloria que tienen las ya consolidadas.

Y ambas cosas las garantiza el taller de Fernando Calderón, tanto la creación, como la conservación. Y si no es su taller, pues la Escuela Taller Azahares que ha dirigido con éxito durante años, y que con esta entrega cierra definitivamente sus puertas. Han sido años en los que han pasado por las manos de los alumnos, perfectamente asesorados por el bordador jerezano, multitud de proyectos, unos de mayor profundidad que otros, pero que han servido para formar en el oficio a muchos jóvenes de la ciudad. Y siempre, supervisados por la mano maestra de Fernando Calderón, que con esta entrega del techo de palio de la Soledad ha confirmado su actual posición como bordador de prestigio jerezano.

La hermandad de la Soledad, preocupada por el estado del techo de palio de su imagen titular, confió en la pericia de este joven bordador a la hora de restaurar la saya de salida de la dolorosa, y quedó tan impresionada con el trabajo que realizaron los alumnos de la Escuela Taller municipal que apostaron por ellos a la hora de restaurar el techo de palio de la Soledad, una de las grandes joyas del patrimonio jerezano en cuanto a bordados.

El techo de palio

El techo de palio de la Soledad está confeccionado en terciopelo color amatista, bordado en oro y sedas de colores. Es obra del taller de Esperanza Elena Caro y fue estrenado en la Semana Santa de 1954. El bordador Fernando Calderón ha sido el encargado de coordinar los trabajos de restauración en la Escuela Taller Azahares. Los trabajos de restauración comenzaron con la limpieza de los bordados seguido de una esmerada y minuciosa labor de recuperación del bordado original además del pasado de todo el conjunto a nuevo soporte de tejido, un terciopelo de primera calidad que recuperaba el color original que siempre tuvo el techo de palio de la Soledad y que estaba perdido por el desgaste del mismo.

Igualmente, se ha procedido a la limpieza del canasto, respiradero y candelero del paso de misterio, a cargo de los alumnos del módulo de dorado que ha dirigido Miguel Ángel Segura. Todo esto se presentó el pasado viernes en la iglesia de la Victoria, sede de la cofradía del Viernes Santo que preside Álvaro de la Calle. En un acto que contó con la presencia de la primera autoridad de la ciudad, Pilar Sánchez, así como de la Junta de Gobierno de la hermandad de la Soledad, los alumnos que han ejecutado los trabajos de restauración de las dos piezas que custodia la hermandad pudieron ver terminado su trabajo, que ha abarcado un período de cuatro meses que han concluido este fin de semana, y que han terminado por demostrar que en las Escuelas Taller municipales se puede confiar para restaurar las piezas de primer nivel de las cofradías.

Las Escuelas Taller

De hecho, la Escuela Taller Azahares, ya finalizada, tenía como principal objetivo la recuperación de oficios artesanales relacionados con el arte cofrade, en las especialidades de orfebrería, bordado y dorado mediante la aplicación de las artes y técnicas empleadas tradicionalmente por estos artesanos, a fin de no quedar al margen de las actuales demandas del mercado.

Para la realización del trabajo en práctica se ha contado con la participación y colaboración de diferentes hermandades que, previa firma de acuerdos de colaboración, ceden enseres y objetos pertenecientes a su patrimonio, en los que se realizan trabajos propios de restauración, renovación o transformación por parte de los alumnos participantes en el proyecto, acercándose de esta forma la actividad de la empresa temporal al normal funcionamiento de talleres en actividades propias relacionadas con las tres especialidades.

La alcaldesa anunció que volverá a solicitar la puesta en marcha a corto plazo de nuevas escuelas taller dedicadas a la formación en oficios relacionados con las cofradías, por la importante penetración laboral que tiene para los alumnos y su utilidad para el mantenimiento de un patrimonio importante que debido a su coste difícilmente podrían asumir las hermandades. Y casi con toda seguridad, será la Unión de Hermandades la que coordine los trabajos que realizarán estas escuelas taller en el futuro.