PAN Y CIRCO

Hundidos

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Ni fui ni lo vi. El sábado de carnaval me dejó muy tocado. Por lo tanto del partido no puedo opinar, únicamente puedo decir que dos amigos que fueron venían derrotados, diciendo que más de lo mismo y que el Hércules era muy superior al Cádiz. Vamos, que un punto y gracias. Esto mismo me lo decían otras veces mosqueados y esta vez, no sé la razón, noté cierto conformismo, cierta resignación. Entonces busqué información en la prensa, sabiendo que gran parte de ella prefiere caer bien a decir la verdad, y aluciné en colores. No sé si será un efecto producido todavía por la llegada de Víctor Espárrago, pero todo se ve de color rosa. El Cádiz había jugado un partidazo, todo es muy bonito, todo va bien. Y claro, me fui directamente a mirar la clasificación y me quedé helado, el Cádiz se descuelga, está antepenúltimo y, aunque ganara y perdieran todos los que van por delante, los de Víctor Espárrago seguirían en la zona de descenso. Y yo me pregunto: ¿Eso es lo bien que jugó? ¿Qué las cosas están mejor? ¿Pero qué es lo que pasa aquí? Es como si todo el mundo asume que vamos a descender y nos resignamos a nuestra suerte. Pues no, hay que protestar, hay que buscar culpables y hay que luchar, otro descenso creo, y de esto estoy seguro, que no lo soportaría esta empresa. Es incomprensible tanta pasividad cuando se está con el agua al cuello. Es incomprensible el tono con el que se está tomando la proximidad de un hundimiento, algo así como 'Los músicos del Titanic'. Se pidió tener paciencia, que los resultados buenos llegarían. Se cambió de entrenador cuando ya no se podía más. Se ganaron dos partidos y se paralizó la operación refuerzo de urgencias que se iba a hacer. En resumidas cuentas, que no traen a casi nadie y aquí nadie dice nada. Pues nada, hijos de mi vida, tranquilidad, a resignarse, de cabeza para el pozo, pero, eso sí, con mucha educación.