Kim Jong-Il, durante la visita a una granja al sur del país. :: AFP
MUNDO

El inmortal Kim Jong-Il

El líder norcoreano recurre a remedios como el cuerno de rinoceronte y la vesícula de oso para seguir vivo

PEKÍN. Actualizado: Guardar
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El caudillo de Corea del Norte, Kim Jong-Il, cumplió ayer 68 años en medio de los ya habituales rumores sobre su deteriorado estado de salud y el futuro de este país, la última frontera que queda de la Guerra Fría. Como los analistas y espías de medio mundo han 'matado' al Querido Líder al menos una docena de veces durante los últimos años, la noticia ya no consiste en conocer su última enfermedad o si se ha recuperado del infarto que sufrió en agosto de 2008. El auténtico secreto de Estado de Corea del Norte, el país más hermético y aislado del mundo, es el elixir de la inmortalidad que mantiene vivito y coleando a Kim Jong-Il.

Según algunos expertos surcoreanos, el Querido Líder no sólo habría recurrido a los servicios del neurocirujano francés François-Xabier Ruox para superar su derrame cerebral, sino también a los remedios más tradicionales de la ancestral medicina oriental. Entre ellos figuran los cuernos de rinoceronte y la vesícula de oso, que tendrían propiedades curativas casi milagrosas. Eso es lo que se supone a juzgar por el precio de estos tratamientos, ya que, según algunas fuentes citadas por las agencias internacionales, el hijo mayor del dictador, Kim Jong-Nan, y sus médicos personales habrían llegado a pagar 613.000 dólares (450.000 euros) en sus viajes a Pekín para abastecerse del elixir de la inmortalidad del Querido Líder. Un cuerno de una especie en vías de extinción como el rinoceronte se cotiza en el mercado negro surcoreano a la friolera de 3.664 euros, mientras que se llegan a desembolsar 66 euros por un solo gramo de su almizcle, una sustancia grasa de color intenso que desprenden las glándulas de algunos mamíferos en los genitales y el aparato excretor.

Palillos de plata

Todo ello con tal de preservar la delicada salud de Kim Jong-Il, un dictador con fama de 'bon vivant' que se deleita con el mejor coñac francés y come con palillos de plata las langostas más frescas mientras su sufrido pueblo, que malvive con cartillas de racionamiento, aún arrastra las secuelas de la gran hambruna que se cobró dos millones de vidas -300.000 según las autoridades- tras el colapso del país a mediados de los años 90. Pero los excesos ya podrían estar pasándole factura al Querido Líder, que cada vez aparece más pálido y delgado en las fotografías que cuidadosamente distribuye la propaganda.

Mientras los servicios secretos de medio mundo se devanan los sesos por conocer la salud del líder norcoreano y si nombrará sucesor a su hijo menor, Jong-Un, Corea del Norte celebró este 68 cumpleaños con un espectáculo de natación sincronizada y multitudinarios bailes populares bajo los símbolos del régimen en Pyongyang. Con motivo de tan magna ocasión, el régimen repartió raciones especiales de comida e incluyó algunos lujos como galletas y carne en las cartillas de racionamiento. Pan y circo para ocultar de forma pasajera el profundo estancamiento del país.