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Bélgica debate la seguridad ferroviaria en medio del dolor

La compañía nacional culpa a la Comisión Europea de la lenta distribución del sistema de frenado automático en los trenes

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Cuando los equipos de rescate no habían finalizado aún sus labores en el lugar del siniestro, las reacciones comenzaron a sucederse en Bélgica tras el trágico accidente ferroviario del lunes, que se ha cobrado por ahora 18 muertos.

Numerosos maquinistas de la SNCB, la empresa nacional de ferrocarriles, emprendieron ayer una huelga espontánea en demanda de mejores medidas de seguridad en el tráfico ferroviario, un tema sensible en la opinión pública belga, que es consciente de las graves carencias que acumula la red. No han faltado voces que han encontrado similitudes en la actitud compungida y los mensajes lanzados ahora por la clase política con los de hace ahora nueve años, cuando otro accidente ferroviario se llevó por delante ocho vidas en Précot, donde otros dos trenes chocaron de frente por un problema de señales de precaución.

La empresa de los ferrocarriles belgas cometió un error de bulto al intentar atribuir a la Comisión Europea la responsabilidad por la lentitud del despliegue de los dispositivos de frenado de emergencia, debido a la tardanza en la definición de un sistema internacional y común de utillajes y protocolos de seguridad.

Acusaciones

El presidente de la SNCB, Marc Descheemaecker, afirmaba en la prensa local que ha habido retrasos en el proceso de armonización de la normativa de frenado europeo a escala comunitaria, lo que explicaría, según él, que la implantación del sistema hubiera sido programada paulatinamente entre 2006 y 2013. La respuesta de la Comisión no se hizo esperar. «Las acusaciones aparecidas carecen por completo de fundamento», manifestó el portavoz del comisario europeo de Transportes, Siim Kallas. Bélgica ha tenido las manos libres en todo momento para implantar un sistema de seguridad ferroviaria nacional, aseguraban en el Ejecutivo comunitario.

Mientras el debate sobre la seguridad prosigue, los servicios de socorro continúan trabajando en las vías. El servicio no será restablecido hasta el fin de semana. El recuento de víctimas continúa arrojando 18 fallecidos, pero ayer sólo cuatro cuerpos habían podido ser identificados, y aún se daba cuenta de un par de desaparecidos que podrían encontrarse entre los hierros de los convoyes.