El rey del ladrillo en Jerez y un maestro de las relaciones

A estas alturas, es difícil que alguien en Jerez no sepa identificar la figura de José Luis López, conocido por el sobrenombre de El Turronero en referencia a la actividad de su padre, y que después de convertirse en un empresario de éxito en el sector inmobiliario en su localidad, Ubrique, dio el salto a la ciudad del caballo. En ella, tanto los empresarios del ladrillo como el gobierno local lo acogieron con los brazos abiertos.

En sus comienzos vendió seguros, pero ahora López es dueño de una de las fortunas más importantes de Andalucía gracias a los negocios inmobiliarios y su nombre, por poner sólo un ejemplo, estuvo relacionado con la importante operación de venta de suelo que propició la llegada de Ikea a Jerez, en la que jugó un papel fundamental renunciando a su opción de compra de los terrenos que eran de los Terry en favor de la multinacional sueca, que en su momento le agradeció públicamente su «esencial contribución».

Eso por no mencionar otros proyectos de renombre, como los de los terrenos de Croft, que engordaron aún más su aura y su influencia en todo lo que tuviera que ver con la construcción. No en vano, algunos han dicho de él que ha tenido en sus manos las llaves del urbanismo jerezano.

Tal vez la cosa no llegara a ese extremo, pero lo que es indudable es que su relación con el ex edil Pedro Pacheco ha sido muy intensa y, sin duda, fructífera. El conocido empresario nunca ha negado ese extremo, y siempre ha reconocido que contó con su apoyo.

Pero la caída del andalucista no puso fin al reinado de López, que sigue siendo hoy una figura muy presente en la ciudad y del que se dice que también tiene muy buenas relaciones con el actual equipo de gobierno. Al menos con una de las partes.

Y es que el ubriqueño es un maestro de las relaciones que siempre se ha sabido acompañar y que en muchas ocasiones, y un buen número de negocios, ha aportado capital cediendo la parcela de protagonismo a sus socios. Así ocurrió en el caso del Xerez Deportivo, al que se vinculó en el verano de 2004, justo cuando llegó a la presidencia del club azulino el nazareno Joaquín Morales.

Su relación con el equipo que ahora milita en la Primera División fue un secreto a voces que poco a poco dejó de ocultarse y que se mantuvo hasta hace un mes, coincidiendo con el desembarco de Federico Souza.

Eso sí, El Turronero no siempre da pasos firmes, como le ocurrió en la 'operación Karlos', en la que se encuentra implicado. De hecho, está acusado de haber sido el intermediario entre Carlos Carretero y varios clientes de la red, entre ellas María José Campanario, a los que falseaba informes médicos para obtener pensiones.