Los bebés ensayan el habla meses antes de pronunciar sus primeras palabras

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Los bebés empiezan a desarrollar unos mecanismos con los que formar palabras mucho antes de que empiecen a hablar. Un estudio de la Universidad de Washington (UW) realizado en niños de 7 a 11 meses de edad revela que el cerebro de los niños trabaja en intentar hablar “desde el principio” e intentan determinar cómo hacer los movimientos que producirán palabras.

“La mayoría de los bebés balbucean a los 7 meses, pero no pronuncian sus primeras palabras hasta después de su primer cumpleaños”, dice la autora principal del estudio, Patricia Kuhl. “Encontrar actividad en áreas motoras del cerebro cuando los niños están simplemente escuchando es muy importante para futuras investigaciones”, añade la codirectora del Instituto para el Aprendizaje y las Ciencias Neurológicas de la UW.

En el experimento, publicado hoy en la revista científica ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, los niños se sentaban en un escáner cerebral que medía la actividad cerebral a través de una técnica no invasiva llamada Magnetoencefalografía (MEG). Así, 57 bebés de 11 y 12 meses de edad, escuchaban una serie de sílabas nativas y extranjeras -en inglés y español- como “da” y “ta”, mientras los investigadores grababan sus respuestas cerebrales. Durante el estudio observaron la actividad de un área auditiva del cerebro llamada ‘giro temporal superior’, así como en la zona de Broca y en el cerebelo, regiones de la corteza responsables de planificar los movimientos motores para producir el habla.

Este patrón de actividad cerebral se dio en los sonidos de la lengua nativa de los bebés de 7 meses (inglés), así como en la no nativa (español), mostrando así que a esta temprana edad los niños responden a todos los sonidos del habla, los hayan escuchado antes o no. En cambio, en los niños de mayor edad, la actividad cerebral era mayor con los sonidos del habla no nativa, lo que los investigadores interpretan como una muestra de que al cerebro del bebé le supone más esfuerzo predecir qué movimientos crean el habla no nativa, mostrando el desarrollo en esos meses de una comprensión a la lengua que se habla a su alrededor, su lengua nativa.

Los resultados enfatizan la importancia de la comunicación hablada con niños incluso cuando ellos no hablen aún. “Escucharnos hablar ejercita las áreas de acción del cerebro de los niños”, señala Kuhl. Además, sugiere que un habla dirigida a los niños de forma lenta y exagerada puede promover que estos intenten simplificar los enunciados e imitar lo que oyen.