FÚTBOL

España acaricia el Mundial pero se vulgariza

Xavi y Negredo derribaron el muro bielorruso y dejan a los campeones a un punto de la clasificación

PALMA DE MALLORCA Actualizado: Guardar
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Aunque el fantasma del empate de El Molinón ante Finlandia sobrevoló el Iberostar Estadio durante una hora, la confusa selección española venció la resistencia de los mocetones bielorrusos tras la incorporación de Negredo y logró la clasificación virtual para el Mundial de 2014. Le basta con un punto ante Georgia, el martes, en Albacete, para cerrar el grupo por delante de Francia.

Xavi descerrajó a Bielorrusia a media hora del final y el ariete del City alejó el miedo a los gafes, pero la selección ofreció una imagen inquietante, alejada de la excelencia. Confundió paciencia con parsimonia y su técnico tardó en dar con la tecla. Le salió mal su apuesta por el debutante Michu y tuvo que recurrir a una defensa de tres, a Iniesta, primero, y a Negredo, después, para desembarazarse del colista. Los exsoviéticos soñaron con la hazaña y regresaron felices con una derrota digna. Se lamentaron eso sí, de una acción clave que les perjudicó. Justo antes del descanso hubo una mano de Piqué que debió ser penalti y expulsión por doble amarilla.

Más allá de un triunfo que se daba por descontado, el cambiante mundillo del fútbol cada día es más extraño. Hasta Del Bosque, mesurado y políticamente correcto, sufre ataques de entrenador recurrentes. Poner a Koke de lateral derecho en Finlandia resultó frívolo. Y alinear también en Helsinki a Casillas, a pesar de ser suplente en el Real Madrid, fue de todo punto incomprensible. Como Iker jugó bien luego en la ‘Champions’, el debate de la portería en la selección parecía zanjado. Pero hete aquí que cuando ya nadie le preguntaba al seleccionador, determinó alinear a Víctor Valdés en la “final” ante Bielorrusia. El azulgrana se merece con creces la titularidad, pero el quehacer de Del Bosque resulta contradictorio. Salvo en la Copa Confederaciones, el catalán no había jugado nunca un choque oficial sin estar Casillas lesionado. El lío que se escenifica en el Bernabéu, se traslada al ‘equipo de todos’. Durante el calentamiento, la afición balear coreó el nombre de Iker.

Más discutible aún fue la inesperada alineación de Michu, con quien el técnico ha reconocido que estuvo “lento” en su elección. No le citó el curso pasado, pese a que completó una campaña extraordinaria en la Premier y fue el quinto máximo goleador, y llegó a esta cita de Palma de rebote, por la lesión de Villa. El novato formó parte del once en detrimento de Negredo, que luego se reivindicó con un golazo en plancha. Definitivamente, a Del Bosque no le convencen los puntas habituales, ni la figura del ‘9’ clásico. De ahí que suspire por Diego Costa.

El versátil delantero del Swansea convenció al cuerpo técnico en tres entrenamientos, pero no cuajó un buen estreno. Se le vio incómodo, desorientado, incapaz de abrirse hueco. Tampoco le ayudó el desempeño del grupo. España salió a escena sin Iniesta, tocado, y con un 4-3-3. Busquets ejerció de único medio defensivo, con Xavi y un flojo Cesc en la elaboración, y Silva de extremo derecho pero con libertad para trazar diagonales y dejar el carril a Arbeloa, ni por asomo un lateral que destaque por su proyección ofensiva. Navas o Juanfran, mucho mejores para un duelo unidireccional.

Huérfana de ataque por la derecha, fue Pedro quien mejor interpretaba el partido percutiendo desde el flanco opuesto, donde le doblaba bien Monreal. Lenta y sin ideas para hallar espacios entre un bosque de piernas, España no probó al portero Gutor en 36 minutos, cuando Silva lanzó desde fuera del área. Pero era cuestión de madurar al rival y de meterle una marcha más al juego. Por suerte, el árbitro holandés no vio esa mano de Piqué.

Tras el descanso, Del Bosque recurrió al plan B al retirar a Monreal y dar entrada a Iniesta. Defensa de tres, el manchego en el perfil izquierdo, el polifuncional Pedro en el otro lado y Silva entre las líneas enemigas. Pero era más una cuestión de ritmo, intensidad, amplitud y profundidad que de fórmula. Con más de media hora por delante, Negredo entraba en escena. El punta del City es ideal para jugar más en largo y buscar segundas jugadas. Ya con él ‘Tiburón de Vallecas’ en el área enemiga, Xavi encontró el hueco para derribar a una Bielorrusia a la que se le da mejor el atletismo, sobre todo los lanzamientos de peso y martillo, el hockey sobre hielo y el tenis femenino, con esa Azarenka que fue líder de la WTA. Incluso en desventaja, los de Kondratyev no modificaron su planteamiento. Sólo les preocupaba no ser humillados por la mejor selección del mundo, que cerró la victoria con un remate soberbio de Negredo, quien dedicó su gol a María de Villota. El objetivo se cumple, pero España, que encajó un gol absurdo cerca del final porque Ramos cerró mal, debe mejorar y Del Bosque resolver sus dudas si quiere mantener su trono en Brasil.