Miedo a otro 'centenariazo'

El Real Madrid 'galáctico' se enfrentaba en la final de la Copa del Rey al Deportivo, apodado 'Superdepor'. La fecha y el estadio no se seleccionaron al azar: el 6 de marzo de 2002 en el Bernabéu, el feudo madridista. Ese día, el club blanco, el más laureado del mundo, cumplía 100 años y consiguió la concesión por parte de la Federación Española de Fútbol (FEF) para celebrar el encuentro decisivo en esa fecha tan marcada para ellos.

El equipo merengue, con estrellas como Figo, Raúl o Zidane, se las prometía muy feliz, ya que en Liga venció por 3-1 a los gallegos con una clara superioridad. Jugaba en casa, las estadísticas le favorecían para colocar la Copa en sus vitrinas, y en la Castellana se confiaba en que nada saldría mal. Todo estaba preparado para que los madridistas vivieran una noche inolvidable: celebrar el título el día de su aniversario. Pero nada salió como se esperaba.

Nada más empezar la final, a los seis minutos, el deportivista Sergio conseguía perforar la meta del Real Madrid. Pese a este tempranero gol, las esperanzas merengues seguían intactas y se creía en la remontada. Poco a poco los nervios se apoderaron de los seguidores blancos, y más cuando Diego Tristán volvía a batir a César para colocar el 0-2 en el marcador en el minuto 37.

Esa magnífica noche esperada por los blancos se transformó en una pesadilla. El gol de Raúl en el minuto 58 daba alas al Real Madrid, que se lanzó al ataque, pero el equipo dirigido por 'Jabo' Irureta supo mantenerse en el campo y demostró su poderío defensivo. Cuando el árbitro pitó el final con el 1-2 definitivo, nadie se creía lo que había sucedido en el terreno de juego. Los 'galácticos' se habían estrellado en su caso el día de su centenario. Justamente, en el once del Deportivo que conquistó el Bernabéu había tres exjugadores del Atlético: Valerón, Capdevilla y Molina.

La última final en la que el Madrid jugó como titular en su estadio acabó en fiasco. Han pasado once años desde que se jugara ese partido, pero nadie ha conseguido borrarlo de su mente. Por ello, en el club de Chamartín no se fían de las ventajas que supone jugar en su estadio. Tienen miedo de ver cómo se vuelve a escapar otro título en el Bernabéu. Y no temen solo eso, ya que perder un trofeo en tu feudo duele, pero que te lo arrebate tu vecino y eterno rival, el Atlético, mucho más.