MÚSICA

La vuelta atrás de Los Enemigos

El grupo madrileño regresa a los escenarios hoy en Logroño tras una década sin tocar juntos

MADRID Actualizado: Guardar
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No hay un «un, dos, tres» ni un «vamos»: sin previo aviso, Josele Santiago y Manolo Benítez comienzan a tocar el contundente riff de guitarra de John Wayne, uno de los temas más conocidos de su primera época, mientras Fino Oyonarte empuña su gigantesco bajo y Chema Animal Pérez golpea la batería. Los Enemigos están de vuelta, ensayando por última vez en un pequeño local del sur de Madrid antes de su (re)estreno, hoy, en el festival Actual de Logroño.

Hace una década que Los Enemigos se separaron, tras 15 años de lecciones de rock & roll castizo. Desde entonces, Santiago se ha forjado una sólida carrera en solitario, Oyonarte ha grabado con sus grupos Clovis y Los Eterno (además de producir a otras bandas), Benítez ha tocado con sus Freedom y se ha dedicado a un ambicioso proyecto relacionado con la ecología (’Es muy bonito vivir esta vida’) y Pérez ha actuado en teatro. Pero en 2012 lo aparcarán casi todo para volver a los escenarios juntos. No habrá discos nuevos, solo una serie de conciertos por toda España que servirán para aplacar la sed de los irredentos fans, un buen puñado de apasionados por la música de los madrileños que siguen quedando un fin de semana al año para celebrar su grandeza.

De todo ello hablaron los cuatro Enemigos (aunque Manolo Benítez, tímido, calló la mayor parte del tiempo) durante la comida en un restaurante cerca del local de ensayo, rodeados de platos de cocido y merluza a la romana del menú del día.

–¿Por qué han decidido volver justo ahora?

–Josele Santiago. Pues estábamos mirando nuestras cuentas corrientes y lo que vimos... No, nos dijo Carlos Mariño [su actual mánager] que había posibilidad de trabajo digno y dijimos ‘bien, vamos’. Otras veces nos habían ofrecido cosas puntuales que no merecían la pena. Ahora vamos a poder dar un espectáculo en condiciones para hacer bien la vuelta de Los Enemigos.

–Son conscientes de que habrá una gran carga de nostalgia, de emotividad en los conciertos...

–J.S. Nosotros somos más de meter la directa y no comernos mucho el tarro, pensando no se llega a nada. Evidentemente, tendremos muchos flashbacks, pero sabemos controlarlos.

–O sea, que no van a llorar en el escenario.

–Chema Pérez. A no ser que se nos meta algo en el ojo, no.

–¿Cómo ha sido la toma de contacto con canciones que hacía diez años que no tocaban?

–Fino Oyonarte. El primer día que quedábamos llevábamos diez años sin vernos todos juntos. Y algunas canciones salían como si las hubiéramos hecho el día anterior, sin haberlas estudiado ni nada. Las canciones han cogido mucha energía.

–J.S. Hombre, y han pasado diez años, que algo habremos aprendido. Este oficio es lo que tiene: siempre sigues aprendiendo.

–Cuando se habla de Los Enemigos se les suele describir como una «anomalía»: un grupo de rock único en su época, que cantaba en castellano, tenía una vena costumbrista y castiza sin ser localista, etc... ¿Les gusta que se les adjetive como anómalos?

–C. P. Eso indica que nunca pudimos ser etiquetados

–J. S. Tampoco teníamos un espejo muy definido en el que mirarnos. Muchas bandas empiezan con referencias muy claras, pero nosotros no, teníamos un batiburrillo de influencias y sacamos algo personal. Además nos juntamos cuatro con gustos que a veces son absolutamente contrapuestos.

–F. O. Pero siempre hay un punto de conexión.

–J. S. Sí, en lo que más nos gusta estamos de acuerdo.

–Otro tópico ‘enemigo’ es el del pesimismo en las letras de Josele, algo tal vez acorde con estos tiempos. En el comunicado en el que anunciaban su vuelta hacían una mención explícita a la crisis, incluso. ¿Se consideran pesimistas, y más ahora?

–J. S. Nunca he sido mucho de tirar flores. Llámalo pesimismo si quieres.

–C. P. Yo he aprendido una cosa haciendo interpretación, y es que las críticas te las tienen que hacer siempre de las cosas que haces mal. Lo que haces bien ya lo tienes, no hace falta redundar en ello.

–J. S. Tampoco lo veo como algo negativo. No somos la alegría de la huerta, está claro. Yo soy una persona pesimista, lo que veo no me gusta. Y lo digo con la intención de que quede claro y se intente mejorar. Escribo de lo que me duele, y eso no suele ser agradable. Aunque siempre dejo un resquicio de esperanza, no suelo hablar de muerte y destrucción.

–Aunque no habrá disco nuevo, sí se va a editar una recopilación y un DVD con el concierto de despedida de 2002. ¿Cómo se han visto al revisar esas imágenes?

–J. S. Yo nos veo muy sueltos, más sueltos que el perro de Tintín...

–C. P. En algunos temas parecía que iba a llegar el recreo, que nos soltaban de toriles. Una caña brutal.

–F. O. Yo creo que transmite lo que eran Los Enemigos: un grupo de rock & roll con muchos kilómetros a la espalda, muy engrasados por haber estado todo el día tocando y ensayando durante muchos años.