aniversario en japón

«Me asombra el hecho de cumplir ya 50 años», afirma el príncipe heredero Naruhito

Educado desde su infancia en un severo protocolo para asumir un día el puesto de su padre, Naruhito asegura que el papel de la familia imperial ha ido cambiando con el tiempo

TOKIO Actualizado: Guardar
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Sobre sus hombros recae el futuro de la estirpe real más antigua del planeta: el príncipe Naruhito de Japón, heredero al Trono del Crisantemo, cumple hoy 50 años consciente del reto que supondrá adaptar la rígida corte imperial al siglo XXI. El primogénito del anciano emperador Akihito, de 76 años, será el próximo representante de un Trono que tuvo carácter divino hasta el fin de la II Guerra Mundial y que, en plena era de las nuevas tecnologías, sigue siendo una de las instituciones tradicionales más respetadas de Japón.

"Me asombra el hecho de cumplir ya 50 años; al mismo tiempo, siento que aún tengo mucho por aprender", ha afirmado el príncipe heredero en una rueda de prensa ofrecida recientemente en su palacio de Tokio con motivo de su cumpleaños. Educado desde su infancia en un severo protocolo para asumir un día el puesto de su padre, Naruhito ha asegurado que el papel de la familia imperial ha ido cambiando con el tiempo y se ha compretido a estudiar "cómo debe ser en un futuro".

Además de la modernización de la Casa Imperial, sobre la mesa está la delicada cuestión de su propia sucesión, ya que su única hija, la princesa Aiko, de 9 años, tiene vetado el acceso al Trono en virtud de la ley sálica que aún impera en Japón. Por línea sucesoria, el siguiente heredero sería el único sobrino varón de Naruhito, el príncipe Hisahito, de tres años e hijo de su hermano, el príncipe Akishino.

Naruhito ha admitido que ha tratado el asunto del futuro de la familia imperial con su hermano Akishino, pero evitó ofrecer cualquier detalle y se limitó a señalar que buscará cumplir su papel como símbolo del Estado "compartiendo las alegrías y los pesares de la población".

Monarquía abierta

Tener una mayor cercanía con la población ha sido uno de los objetivos de la monarquía nipona en los últimos años, que han visto una apertura sin precedentes de la hasta entonces blindada Casa Imperial, al ritmo de la modernización del país. Los padres de Naruhito, los emperadores Akihito y Michiko -la primera plebeya en llegar al trono de Japón-, fueron los primeros que quisieron que el heredero creciera en el palacio de Tokio rodeado de su familia, en lugar de ser separado y educado por tutores, como sucedía hasta entonces.

También le hicieron estudiar en Oxford, tras licenciarse en una universidad de Tokio, y luego viajar por Europa, América y África para representar a la Casa Imperial en diversos actos, como la boda del príncipe Andrés de Inglaterra en 1986. Este aficionado a la viola, el montañismo, el esquí y el tenis fue investido heredero oficial en 1991, al alcanzar los 31 años y tras cumplir de forma impecable todo lo que se esperaba de él como un moderno sucesor al Trono, educado y versado en el escenario internacional.

La cuestión dinástica

En 1993 contrajo matrimonio con la diplomática Masako Owada, hija de un viceministro de Exteriores japonés, a quien había conocido siete años antes y de quien se dice que, en un principio, no era vista con buenos ojos por la Casa Imperial. Desde su boda, Masako soportó fuertes presiones para tener un hijo varón que perpetuase la línea imperial nipona; ello, unido a la rigidez del protocolo diario, desembocaron en una depresión que, hasta hoy, la mantiene apartada de los actos oficiales.

El nacimiento de su única hija, Aiko, en 2001 desató en Japón el debate sobre la necesidad de reformar la antigua ley sálica, pero los intentos de los sectores progresistas en este sentido han sido siempre apagados por los sectores más conservadores de Japón. Respetuoso siempre del ceremonial y la moderación que corresponden a su cargo, Naruhito ha evitado siempre comentar esta cuestión, aunque el propio emperador Akihito ha apoyado en el pasado la sucesión femenina al Trono.

En privado y en medio del estricto protocolo que marca la ocasión, el 50 cumpleaños del príncipe heredero se celebra hoy en su palacio de Akasaka, donde ha recibido la felicitación de su familia y de los empleados de la Corte.