SUCESOS

El pirómano de Barbate tenía una especial fijación por quemar La Breña

Los informes técnicos revelan cómo intentó en repetidas ocasiones provocar una catástrofe natural en este parque de incalculable valor medioambiental

Imágenes del incendio en La Breña de este verano.

M. ALMAGRO

Fueron fuegos intencionados cuya única finalidad era la de provocar una catástrofe natural. Los incendios de este pasado verano en Barbate tuvieron sin duda una mano ejecutora detrás. Así lo constatan los informes y estudios que han realizado los técnicos del Infoca y los bomberos de Barbate y que se han adjuntado a la causa judicial que ya se instruye y a los que ha tenido acceso este periódico.

La tesis de esta insaciable voracidad la comparte también la Guardia Civil, quien ha dirigido las pesquisas. El pirómano que actuó durante varios días tenía una especial fijación por el parque natural de La Breña. De los cinco incendios que se han investigado, cuatro de ellos fueron provocados en esta zona protegida de incalculable valor medioambiental. El otro fuego lo pudo causar en una zona más alejada pero también del mismo parque. Se pudo alejar algo porque ya se sentía cercado y vigilado por los agentes que le seguían la pista. El único sospechoso es Manuel S.S., un joven de 29 años, que tras ser identificado y detenido el pasado 18 de octubre , fue enviado por la jueza a prisión acusado de un delito de incendio forestal y otro de desobediencia, ya que se escapó la primera vez que estuvo arrestado permaneciendo cuatro meses en busca y captura hasta que se le pilló en Cádiz capital.

Uno tras otro

La obsesión por destruir el parque se evidencia por la insistencia que tuvo el autor de los hechos en que las llamas prendieran. Los estudios técnicos hablan de que se produjeron varios focos. Por ejemplo, en el del día 28 de junio, el más virulento, se encendieron siete focos distintos . Se hizo de forma no simultánea –por lo que pudo ser obra de una sola persona– y a una distancia entre uno y otro de unos 200 metros en una zona abrupta y en cuestión de minutos –por lo que usó un vehículo para desplazarse mientras iba prendiendo–. Pero además se sospecha que el pirómano actuó con una cierta impunidad. Los expertos concluyeron que mientras que los efectivos ya estaban intentando sofocar unos focos, se iban provocando otros, por lo que se deduce que el supuesto autor seguía quemando en la zona mientras que los bomberos se afanaban en apagar las llamas.

Imagen de la acampada del festival, atestada esos días.

Las peligrosas llamas coincidieron con un evento multitudinario

Desde el 4 al 9 de julio se celebró en Barbate el Festival de Música Cabo de Plata al que asistieron más de 20.000 personas. Muchos de ellos pernoctaron en tiendas de campaña en pinares anexos donde no había ni cortafuegos ni separación física con el parque de La Breña, donde se produjeron los incendios. Por tanto, de no haber sido por la eficacia demostrada de los efectivos de seguridad, las llamas podían haber tenido el peor resultado posible y la complicación añadida de evacuar a miles de personas. Afortunadamente estos fuegos fueron rápidamente controlados y todo quedó en un serio aviso.

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