Fuerzas Armadas

«No está de moda el sacrificio y mi dotación lo lleva al extremo»

Entrevista al comandante y tres miembros de la fragata ‘Canarias’ a su vuelta a Rota de la operación ‘Atalanta’

Los 225 hombres y mujeres de este buque han pasado cuatro meses y medio lejos de sus casas, luchando contra la piratería en el océano Índico

El comandante de la ‘Canarias’, capitán de fragata Rafael Samaniego (arriba a la izquierda), el brigada Rafael Conesa (derecha), el marinero Pere Muñiz (debajo) y la alférez de navío Sheila María Pachón (izquierda). Francis Jiménez

Verónica Sánchez

Decenas de personas con petates y maletas bajan por la escala de la fragata ‘Canarias’. Es el lunes 20 de junio y, mientras Andalucía vive su resaca electoral, ellos y sus familias tienen cara de no haber dormido mucho debido a los nervios, pero no por el resultado de los comicios, precisamente. Tras cuatro meses y medio desplegada en la operación ‘Atalanta’, en el océano Índico, esta fragata regresaba a casa. A las 11 de la mañana hizo su entrada en la Base Naval de Rota y, después de reencontrarse con sus familiares y seres queridos, la dotación de la ‘Canarias’ se afanaba en recoger sus pertenencias para marchar a casa. Idas y venidas al buque, coches llenándose de equipaje, historias que contar y abrazos que recuperar.

Mientras ellos bajan, nosotros embarcamos. Nos esperan tres miembros de la dotación y el comandante de la ‘Canarias’ para contarnos su experiencia en un despliegue en el que el buque ha sido el último en operar en aguas territoriales somalíes y se ha tenido que adaptar después de que Somalia no renovase el permiso para continuar las tareas de la Fuerza Naval Europea (EUNAVFOR) en su espacio de soberanía. Además, ha sido el primer buque español en desarrollar uno de los nuevos cometidos de la operación, visitando buques para verificar su pabellón (algo que se ha podido recuperar tras el parón por la pandemia) y comprobar su actividad ante la sospecha de tráficos ilícitos. Un despliegue muy completo que la fragata ‘Canarias’ ha superado con la misión cumplida, volviendo a casa con buen sabor de boca.

El brigada Rafael Conesa. F.J.

Rafael Conesa. Brigada

El brigada Rafael Conesa León es el suboficial responsable de las comunicaciones del barco (tanto operativas como personales), lleva 26 años en la Armada y varios despliegues a sus espaldas. «Somos los encargados de que el barco esté comunicado las 24 horas del día y que el personal de dotación tenga enlace con sus familias a través de WhatsApp, redes sociales, llamadas telefónicas... Así que es un trabajo muy gratificante, porque sabes que si lo haces todo bien, la gente está contenta», nos cuenta en el castillo de la fragata.

Hace un balance muy positivo del despliegue, aunque algo «complicado» por las restricciones derivadas de la pandemia de covid . Cuando salieron de Rota, en febrero «estuvimos siete días con todo el mundo a bordo 24 horas con la mascarilla puesta. Una vez se instaló la ‘burbuja de dotación’ pudimos quitárnosla, lo que fue un alivio».

Además, cuando llegaban a puerto, en las diferentes escalas de la misión, «teníamos que ir a sitios que estaban concertados de antemano, con mascarilla, limitados de espacio y de horas y no se podía pernoctar fuera del barco. Por lo que se hace más complicado, ya que cuando estás de despliegue, los días que llegas a puerto y tienes libertad para moverte es cuando desconectas». «Por lo demás ha ido bastante bien. El comandante, Rafa, es muy bueno y la dotación se ha portado de 10, ha ido perfecto, sin roces, todo el mundo sabía lo que tenía que hacer y ha cumplido», cuenta el brigada. «A nivel personal ha sido una experiencia brutal» .

Mientras hablamos con él, le esperan en el muelle su madre y sus tres hijos, de 20, 15 y 11 años . Hoy hace dos años que falleció su padre, por lo que «es una montaña rusa de emociones». Divorciado desde hace un año, el brigada Conesa define a su exmujer como «una persona excepcional» que ha hecho posible que él se fuera de misión. Ahora toca descansar y disfrutar de la familia. «De mis hijos», dice con una gran sonrisa. «Esto es vocacional pero ellos lo pasan mal, sobre todo ahora porque cuando son pequeños son menos conscientes», confiesa. «Hacía falta volver, por ellos y por mi madre».

La alférez de navío Sheila María Pachón. F.J.

Sheila Pachón. Alférez de navío

Para la alférez de navío Sheila María Pachón este ha sido su primer despliegue, «acabo de salir de la Escuela Naval, embarqué aquí en verano», nos explica en el puente de mando de la ‘Canarias’ la oficial de artillería. «Ves para lo que sirven realmente los cinco años de estudio y te sientes muy bien al aportar a que la piratería en Somalia esté contenida», explica. Además, a nivel personal, «aquí no solo tienes compañeros, sino que te haces amigos. Lo he disfrutado mucho, aunque lejos de la familia» .

Los cambios en la operación ‘Atalanta’ los han solventado « adelantándonos a la jugada y aportando lo máximo posible para que la misión , aunque fuera de aguas territoriales, siguiera controlando la piratería y protegiendo los buques del Programa Mundial de Alimentos». Además, aprovechando que «los franceses sí podían incautar droga, conseguimos que los españoles pudiésemos hacer aunque fuera la parte de visita de comprobación de bandera».

Ahora, de vuelta a casa, han venido a darle la bienvenida sus padres y su hermana con una sorpresa muy especial, «yo quería un perrito y me lo han traído», cuenta sonriente .

El marinero Pere Muñiz. F.J.

Pere Muñiz. Marinero

Bajamos al Centro de Información y Combate (CIC) de la ‘Canarias’ . Es el ‘hábitat’ del marinero Pere Muñiz Ribes, que lleva en la Armada seis años y ya ha vivido en esta fragata un despliegue en la operación ‘Sophia’ y dos ‘Atalantas’. «Soy electrónico. Llevamos tanto el mantenimiento de los radares y sensores del buque, como sistemas de combate, equipos de conversión y guerra electrónica», detalla.

Para él ha sido también un despliegue «diferente» por la situación covid, pero «hemos vuelto todos, ha ido todo bien, manteniendo la situación operativa del buque y con eso ya estoy satisfecho» , asegura.

Ha mantenido contacto por videollamada con sus seres queridos, «pero no es lo mismo», dice, al tiempo que cuenta que le han ido a recibir sus padres, su pareja y los padres de ella.

El capitán de fragata y comandante de la 'Canarias', Rafael Samaniego. F.J.

Rafael Samaniego. Capitán de fragata. Comandante de la fragata 'Canarias'

Al frente de los 225 hombres y mujeres que forman la dotación de la ‘Canarias’ está el capitán de fragata Rafael Samaniego Martín de Francisco. «Cuando un marino vuelve de navegar de todo lo que se acuerda es de cosas buenas. Volver con la misión cumplida y habiendo llevado a cabo mi principal objetivo: el cumplir lo que le había prometido a mi dotación, que todos los que íbamos a salir, volveríamos», nos cuenta el comandante en su cámara.

Asegura que ‘Atalanta’ es una misión «más complicada de lo que parece» porque el hecho de «desplegar con un barco cuatro meses y medio a más de 8.000 kilómetros, en un sitio como el océano Índico, donde si tienes un problema los lugares más cercanos están a dos o tres días de navegación y no cuentan con capacidades como las de una ciudad occidental», aunque para la Armada «es algo rutinario, no podemos creer que es algo sencillo, porque no lo es».

De hecho, durante su despliegue la ‘Canarias’ ha llevado a cabo tres intervenciones quirúrgicas, dos por apendicitis y otra de una fístula «que había que operar» . Esas tres personas de la dotación «si no hubiéramos tenido esa capacidad de atención médica (que estas fragatas tienen desde hace un par de años), habrían sido operadas en hospitales de puertos como Mombasa y hubiese tenido que dejar a alguien de la dotación que les acompañase para después repatriarlas a territorio nacional», cuenta el comandante. Pero «nuestro equipo médico es de una profesionalidad y un compromiso enorme», así que «teníamos el conocimiento, los medios y la intención, luego debía salir bien y así ha sido». La ‘Canarias’ se ha convertido en pionera ya que «nunca se había hecho una operación con anestesia general a bordo de una fragata en la Armada» .

Respecto al hecho de no poder operar en las 12 millas de las aguas territoriales somalíes, el comandante asegura que les ha «agudizado» las «ganas de interactuar» con la población somalí, a la que es complicado encontrar fuera de esas aguas territoriales. «Hemos estado continuamente planeando tareas que nos permitieran interactuar porque no podemos olvidar que somos EUNAVFOR Somalia, que es una operación para y por ese país». Así que han estudiado los hábitos de los somalís para que «nos vieran fuera de las 12 millas y que entendiesen que estábamos allí» y que «nosotros pudiéramos seguir comprendiendo lo que estaba pasando». Porque, como asegura el comandante Samaniego, «solo se puede distinguir lo que es raro de lo que es normal cuando se conoce la normalidad perfectamente» .

Cuenta el capitán de fragata que la «piratería está contenida pero no erradicada». «Siguen mantiendo las redes y han basculado su modelo de negocio hacia el tráfico de armas, de personas o de narcóticos» . Ahí es donde ‘Atalanta’ «ha encontrado un tipo nuevo de operaciones» que consisten en comprobar barcos sospechosos de no tener pabellón y, en la visita, detectar «indicios de que pueda ser o no un barco de transporte ilegal de mercancías». En caso de que ocurra así, los españoles no pueden actuar, pero sí comunicarlo a otras unidades que estén operando allí, ya sea en ‘Atalanta’, como Francia, u otras como Estados Unidos, Pakistán o Canadá.

Confiesa el comandante de la ‘Canarias’ que su peor momento es cuando ve a su dotación desfallecer, cansada . Y el mejor cuando «a las 17 horas se toca un zafarrancho de combate para inspeccionar o hacer un abordaje y en dos minutos está el barco listo al 100%, habiendo puesto en práctica lo que llevamos dos años preparando».

Cuenta que estando en este despliegue ha fallecido su padre. «Aquí he estado muy arropado y no me he dado cuenta» , señala, sabiendo que en tierra llegará el choque. Pero «mi padre estaría superorgulloso de saber que he estado aquí».

Para terminar, le pedimos unas palabras para la dotación . «Admiración absoluta. Para mí es un auténtico privilegio poderles mandar. Son quijotes, hidalgos antiguos, gente que renuncia a todo lo material. Esta es una profesión que no está de moda porque hoy por hoy no está de moda el sacrificio y ellos lo llevan al extremo». Y sus familias «que son los que respetan que hayan escogido esto, lo comprenden y lo sufren. Los que viven el día a día, que es lo duro, y su ausencia de casa. Si admiro a mi dotación, imagínate a sus familiares. Sin ellos esto no sería posible, no tendríamos gente en la Armada ni personas con ideales ».

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